El Albacete Balompié pide a gritos un revulsivo para frenar la caída

José Luis Royo
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El equipo se entrenó ayer nada más llegar de Mallorca, mientras que José Miguel Garrido mantiene intacta su confianza en el técnico Luis César y tratará de reforzar la plantilla

Los jugadores del Albacete y Luis César salieron a entrenarse ayer cabizbajos. - Foto: Rubén Serrallé

El Albacete Balompié regresó ayer a los entrenamientos y lo hizo nada más llegar a la ciudad procedente de Mallorca y a una hora poco habitual para entrenarse, las dos y cuarto de la tarde.

La expedición, que viajó en avión hasta Valencia hizo su entrada en autobús al parking privado de la Ciudad Deportiva cerca de las dos de la tarde y 20 minutos después, Luis César, junto a sus jugadores y ayudantes, saltó al césped para realizar una sesión de recuperación en la que lo más destacado fue el silencio casi sepulcral que acompañó la salida de futbolistas y técnicos. Caras largas y de preocupación tras una nueva derrota en la que el equipo dio la sensación de no saber cómo frenar la caída libre que le lleva directamente hacia el pozo de Segunda División B.

La imagen de los de Luis César en la primera parte del partido de Mallorca no fue mala, tampoco es que fuese buena, pero al menos no fue inferior a su rival y tuvo incluso opciones para marcar. Pero tan sólo tuvieron que pasar 16 segundos del segundo periodo para tirar por la borda todo el trabajo del primero.

Los dos tantos encajados en tres minutos acabaron con las opciones de un Albacete que ofreció una lamentable imagen en la segunda parte, sobre todo por la sensación de que tanto desde el banquillo como en el terreno de juego se bajaron los brazos demasiado pronto. El caso es que el equipo, tras perder en casa ante la Llagostera y el pasado sábado en Mallorca ha tocado fondo y está obligado a ganar al menos los dos últimos partidos de la primera vuelta para llegar con opciones de poder reaccionar si no quiere decir adiós a la categoría con muchos meses de antelación.

confianza en el técnico. Muchas son las voces críticas que piden desde hace tiempo la destitución de Luis César, pero una semana más la confianza en el entrenador por parte del Consejo de Administración parece total a pesar de que el equipo está a cinco puntos de la zona de salvación y que tan sólo ha sido capaz de sumar 15 de 57 puntos, unos números que causan estupor solamente al verlos.

En el seno del Albacete se confía en que en el mercado de invierno se pueda arreglar el desaguisado cometido en la confección de la plantilla, donde seguramente esté el quid de la cuestión. Con la llegada de Pulido gracias a la lesión de Israel se puso un parche en la defensa, pero tras la decisión de los técnicos de situar en la lista de bajas a Fran García yPol Bueso, los dos laterales zurdos de la plantilla, Miguel Núñez está jugando en una posición que no le corresponde y la rivales se dan cuenta que el Alba tiene un agujero en esa banda.

A eso hay que unir la falta de pegada del equipo. Luis César no ha sido capaz de dar con el delantero titular y por ahí han pasado todos los que hay en la plantilla como Rubén Cruz, César Díaz y Chumbi, pero ninguno ha sido capaz de marcar diferencias y hacerse con el puesto.

De hecho, el máximo goleador del equipo es Jorge Díaz con cinco tantos, un jugador de banda que además tampoco atraviesa por su mejor momento. Y el problema es que las soluciones que hay en el banquillo tampoco están aportando nada.

Refuerzos. Está claro que si la intención del Consejo de Administración es mantener contra viento y marea a Luis César en el banquillo, si se pretende lograr la permanencia habrá que reforzar y mucho la plantilla.

Todo hace indicar que esta misma semana se va a trabajar para dar las primeras bajas, condición indispensable para poder fichar ya que en estos momentos están ocupadas las 25 fichas.

La primera vacante que haya será para Paredes, jugador que se entrena con el equipo desde hace un par de meses y con el que Luis César pretende contar ya para el partido del sábado ante el Lugo.

Se habla también de la llegada de dos jugadores para reforzar el ataque, aunque todo hace indicar que su llegada no se producirá de manera inmediata.

Lo cierto es que el Albacete necesita soluciones ya para tratar de comenzar una remontada que con el paso de las jornadas se antoja cada vez más complicada, sobre todo porque un nuevo descenso a Segunda B dejaría al club al borde del caos económico, por eso todo hace indicar que esta semana se deben producir movimientos para tratar de que el equipo reaccione.