Un centenar con un centenario a la espalda

A.M.
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La llamada 'cuarta edad' ya es imparable. La provincia de Albacete contaba a principios de 2014 con 109 habitantes que superaban los 100 años y un 70% de ellos eran mujeres

Las prospecciones sobre la esperanza de vida en España no dejan lugar a dudas: dentro de 50 años, este país contará con más de 370.000 personas mayores de 100 años. La llamada cuarta edad experimentará un aumento imparable en las próximas décadas. Un incremento que ya se está dejando notar en los datos de empadronamiento que cada año, con dos de retraso, publica el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En función de estos registros, la provincia de Albacete no está siendo ajena al hecho de que cada vez vivamos más, pero tengamos menos hijos, lo que provocará que en el año 2064, España duplique su tasa de dependencia, de tal forma que por cada ciudadano en edad de trabajar habrá otro jubilado.  

El último padrón publicado por el Instituto Nacional de Estadística, correspondiente a la provincia de Albacete, cifra en 109 las personas mayores que a 1 de enero de 2014 tenían 100 años o más. De ellas, llama poderosamente la atención que el 70% de estas personas centenarias sean mujeres y que lleguen a soplar las 100 velas con una calidad de vida más que aceptable.

También es curioso si las cifras se extraen por municipios. Yeste es, proporcionalmente a su número de habitantes, la localidad con vecinos más longevos, pues cuatro habían superado a la fecha indicada su primer siglo.

Otros cuatro vivían en Tarazona de la Mancha, cinco en Almansa y nueve en Hellín. La capital, como no podía ser de otra manera, es el municipio que mayor número de personas con 100 o más años tiene empadronadas: un total de 37, de las que 31 son hembras. Villamalea, Ayna, Caudete, Villarrobledo, Higueruela, Socovos y Tobarra también son localidades que tienen varios vecinos centenarios.

La progresión de esta cuarta edad tiene su reflejo en las publicaciones anuales del INE. No es hasta el año 2011 cuando aparece el epígrafe 100 años o más, donde ya figuran 68 personas en la provincia de Albacete que tienen o superan el siglo. Al año siguiente, esa cifra aumentó a 71 y el salto más cuantitativo se registró en 2013, ejercicio en el que el padrón municipal se cerró con 100 personas centenarias.

A primeros de 2014, esa cuarta edad ya alcanzaba los 109 miembros en la provincia, de los que 84 eran mujeres. Y así tiene su reflejo, por ejemplo, en la residencia pública de la tercera edad Núñez de Balboa, dependiente de la Junta de Comunidades, donde en la actualidad residen dos usuarias con 101 años y una tercera con 103.

PROTAGONISTAS. Se trata de Bernardina Benito, una mujer alcarreña nacida en 1914, quien regentó junto a su marido una peluquería en la calle del Muelle. Como enviudó muy joven, trabajó mucho para sacar a su único hijo adelante. Hoy, su nuera Pilar y su nieto la visitan a diario, porque su hijo también falleció hace muchos años. Un mes más tarde que Bernardina nacía Rosario Rodríguez, ella en Tomelloso. Reside en Albacete desde su juventud, está viuda desde hace más de 30 años y ha tenido 16 hijos e hijas, todos residentes en esta ciudad, lo que les permite visitarla con frecuencia.

La tercera, Isabel Mujeriego, es la mayor de todas. Nacida en mayo de 1912 en Mota del Cuervo, ha tenido tres hijos que hoy residen en Albacete, Murcia y Madrid y la visitan con frecuencia. Según la directora de la residencia, Ana Ramírez, las tres se encuentran «bien» y no sufren deterioros cognitivos.

Mientras en la residencia-asilo San Antón no tienen abuelos que superen su primer siglo, en el centro geriátrico del Paseo de la Cuba cuentan con Braulia Olivares Merino, que el pasado mes de marzo cumplió 100 años. Aunque físicamente está deteriorada porque tiene una lesión en el corazón que le hace fatigarse mucho, esta mujer centenaria come sola y es visitada frecuentemente por las hijas de una mujer para la que trabajó como empleada de hogar. Hasta hace bien poco, relata la trabajadora social de la residencia, Mamen Hernández, Braulia se sentaba en su mesa de camilla a hacer ganchillo.