El colectivo de los autónomos se ha convertido, en las últimas semanas, en protagonista del foco informativo económico, tras las alternativas dadas por el Gobierno para incrementar su base de cotización, a cambio de recibir mayores prestaciones y protección laboral. Mientras se resuelve esa complicada ecuación, en la que incluso hay diferencias de opinión entre las propias organizaciones que los representan, el Ministerio de Trabajo, Inmigración y Seguridad Social ha hecho pública la radiografía de este colectivo, su situación a final del tercer trimestre.
Son varias las conclusiones que de este análisis se pueden realizar pero, en el caso de la provincia de Albacete, lo que llama poderosamente la atención es la inmensa mayoría de quienes se decantan por la base mínima de cotización. representan nueve de cada 10 autónomos. Esta opción es la escogida por 15.185 trabajadores albaceteños por cuenta propia, de los 16.823 que tiene computados el Ministerio a fecha de 30 de septiembre.
Por contra, sólo 41 se decantaron por la base de cotización más alta, que supone más de tres veces la base mínima, y apenas representan el 0,2% de los autónomos que están dados de alta en la provincia.
Lo que parece incontestable es que, a pesar de la incorporación creciente de las mujeres al mundo empresarial, el reparto sigue siendo desigual y la balanza se mantiene, con diferencia de peso, en el lado de los hombres como más defensores de trabajar para sí mismos.
Los datos oficiales -que no se han podido comparar con los del tercer trimestre de 2017 porque el enlace ministerial redirige una «página no encontrada»-, resuelven que prácticamente el 70% de los trabajadores autónomos afiliados a la Seguridad Social en la provincia son varones (69,2%) y los casos de altas femeninos se quedan en el 30,8% del total.
Entre todos, los más de 16.800 inscritos en la provincia, representan el 18,2% del conjunto de Castilla-La Mancha al cierre del tercer trimestre. Tiran del carro, en este aspecto, las provincias de Ciudad Real, que cuenta con 23.660, y, sobre todo, la de Toledo, con 29.300.
En el lado opuesto se quedan, con una diferencia de unos 3.000, los 13.113 registrados -y así se publicó esta misma semana por el Ministerio- en la provincia de Cuenca y, sorprendentemente, los 9.606 de Guadalajara. Sorprende que una de las provincias más industrializadas de Castilla-La Mancha sea, al tiempo, una de las que menos personas se hayan decantado por liderar sus propias aventuras empresariales, y optar, por contra, por el trabajo por cuenta ajena.