«'Cyrano' encierra un mundo interno enorme»

V.M
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«Él es un rebelde para su época, que no se deja controlar, en ese sentido es un clásico muy contemporáneo»

El Teatro Circo presentará hoy, a las 21 horas, un espectáculo incluido en al abono Butaca de Oro al que podríamos definir como «todo un clásico contemporáneo»: Cyrano de Bergerac, una adaptación de la obra escrita por Edmond Rostand a finales del siglo XIX, dirigida por Alberto Castrillo-Ferrer y protagonizada por José Luis Gil y Ana Ruiz. La pareja desveló a La Tribuna de Albacete el regalo y, a su vez, el desafío que supone para un actor llevar este drama heroico a escena.

Regresan al coliseo albacetense para representar a un personaje muy complejo ¿cómo asumen el reto?

J.L.G.- Sí, estoy muy contento de regresar a un escenario maravilloso como es el Teatro Circo, sobradamente reconocido por los actores que han actuado aquí. Es un reto buscado, se lleva bien, porque es un proyecto nuestro y con el paso del tiempo encontramos a la gente adecuada para completar los recursos para su producción. La verdad es que en el texto del Cyrano están todas las claves del personaje: amor, ternura, brillantez, frustración... simplemente he intentado imprimirle esa sensación que me enamoró del personaje cuando yo era joven y estudiaba Arte Dramático, podría decirse que es un pequeño sueño escondido que ahora se hace realidad. Hay que dejarse llevar por Cyrano, porque encierra un mundo interno enorme que desborda en cada verso de cada escena.

A.R.- He intentado mantenerme alejada de las múltiples referencias del Cyrano en cine y teatro, creo que cuando uno hace un personaje de este tipo debe hacerlo suyo.

Por otra parte, una obra de gran modernidad.

J.L.G. Sí, incluso en el caso de Cyrano va más allá por su enfrentamiento con el poder establecido. Él es un rebelde para su época -hablamos de un personaje del siglo XVII- que no se deja controlar, en ese sentido es un clásico muy contemporáneo.

A.R.- Creo que hay valores universales que no cambian nunca, no importa cuando las obras se escriban, porque si te remontas a las obras de teatro de Lope de Veva ves que siguen estando en vigor. Ahora, en una sociedad en la que es tan importante el físico, donde no dejamos de poner nuestras mejores caras en las redes sociales, esta función se acerca mucho a esas falsas apariencias y comprobamos cómo una persona que encierra tantos valores se ve acomplejado por una nariz... así somos los humanos.

¿Cuál es la peculiaridad que aporta la dirección de Castrillo-Ferrer?

J.L.G. Pues un conocimiento muy grande del autor, porque él hizo su carrera en París como director y conoce muy bien el mundo de Rostand y el teatro de aquella época, aporta mucha verdad y sencillez a la obra, al tiempo que le resta solemnidad y lo convierte en un juego teatral muy puro.

A.R.- Creo que es una adaptación fiel a la versión original y eso es un punto a favor, respetando todo lo que el autor quiso contar. Es una función de capa y espada, amor, sentimiento y una reivindicación de valores morales e integridad. En cuando a mi personaje es una Roxane con mucho temperamento, que se desmarca del prototipo de dama de esa época y sufra una evolución bonita y realmente interesante, comienza siendo un amor adolescente y pasará a ser un amor íntegro y completo, centrándose en el fondo y no en la forma, incluso es capaz de irse a la guerra por ver a la persona amada.

¿Qué pueden decirme de sus respectivas parejas protagonistas?

J.L.G.- Pues que por fin se hace una Roxane como es debido, como yo la entendí siempre. No se trata de una niña caprichosa que se enamora del guapito de turno, sino que ella reclama el amor pleno, más allá de la belleza física, rompiendo con muchos prototipos.

A.R.- José Luis está inmenso, hace un Cyrano de Bergerac sorprendente, creo que la gente se sorprende cuando lo ve encima sobre el escenario. Es la segunda vez que trabajamos juntos, la primera fue con la versión teatral de una película dirigida por Woody Allen, Si la cosa funciona, y fue a raíz de ello cuando decidimos meternos en este proyecto. Trabajar con él es maravilloso, aparte de ser una persona cercana y sencilla, es muy generoso.

Es obligado preguntarle por su éxito en series de televisión, ¿para un actor de su dilatada trayectoria en el doblaje y que ya aparecía en los Estudios 1 de la época es una alegría que entraña algo de decepción?

J.L.G.- No, en absoluto, porque buena parte de mi vida profesional transcurrió como actor de doblaje y he sido muy feliz con ello, además de haber gozado de reconocimiento. La popularidad se lleva bien porque Aquí no hay quien viva es un proyecto en el que creí desde que me lo presentaron, al final pasó lo que pasó con el que ello conlleva, pero vivimos la popularidad con mucha naturalidad y cariño, además ver como ha crecido semana a semana y la respuesta del público supone una gran satisfacción.

¿Tiene especial cariño a alguno de los múltiples personajes que ha doblado?

J.L.G.- Es muy difícil, porque es un trabajo constante y diario, acordarse de uno es complicado. Que te relacionen con Patrick Swayze, Hugh Grant o el popularísimo Buzz Lightyear de Toy Story es bonito, pero hay tantos que no sabría decirte.

¿Cuáles son algunos de sus proyectos inmediatos?

J.L.G.- Pues, como comprenderás, con seguir representando Cyrano y con la grabación de los episodios de la nueva temporada de La que se avecina en enero del año próximo ya no tengo tiempo para más.

A.R.- Yo intento trabajar en la interpretación, que es lo que realmente me gusta, me considero una afortunada porque vivo con pasión mi trabajo y el encasillamiento no me ha preocupado nunca, ni siquiera cuando he hecho televisión, en cualquier faceta lo disfruto de la misma forma. Con este proyecto, que considero el más importante de mi vida, ya pienso en hacer otra función de teatro.