Quiero ser cebra

Maite Martínez Blanco
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Una película sobre el día a día de cuatro personas con autismo relata la historia de Antonio Belmonte, estudiante de Contrabajo dotado con oído total

El comentario de Susan bautizó a esta película. Susan es la madre de Mateo Benet, un niño con autismo apasionado de la pintura. «Ella comparaba a su hijo con las cebras, porque estas, al contrario que los caballos, no se dejan domar y eso fue lo que nos llevó a titular la película Quiero ser cebra».

La aclaración la ofrece Jordi Ardit, presidente de Música para el Autismo, asociación valenciana que ha producido esta película dirigida por Carlos de las Heras y que narra la historia de cuatro personas con autismo y su día a día, entre ellos Antonio Belmonte, el joven albacetense que cursa estudios profesionales de música en el Conservatorio Tomás de Torrejón y Velasco. Un caso excepcional, el suyo.

«Cuando empezó, pensábamos que íba a ser imposible», confiesa María José García, su madre, orgullosa de que Antonio haya completado ya cuatro de los seis cursos del grado profesional de Contrabajo. Tras este logro «hay un trabajo ingente de 12 años, con más de 30 profesionales entre músicos, logopedas, psicólogos, terapeutas ocupacionales y apoyos, sin los que Antonio no habría llegado hasta aquí», subraya la familia.