El Gobierno quiere frenar la velocidad en las ciudades y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya ha señalado que en la modificación del reglamento de circulación en la que está trabajando la Dirección General de Tráfico (DGT) se incluirá el límite de 30 kilómetros por hora para las vías urbanas de un solo carril. Una medida que, aunque está presente en algunas ciudades, todavía no está regulada a nivel estatal.
Regular la enseñanza presencial obligatoria para obtener el carné, la bonificación de dos puntos en el permiso por realizar cursos de conducción segura o el impulso para estandarizar en los coches los sistemas de seguridad más efectivos son otras de las medidas que ha enumerado el ministro.
Grande-Marlaska destaca la figura de la «velocidad segura», es decir, aquella en la que se minimiza el riesgo de muerte de los usuarios en caso de accidente. En este sentido, indica que en la UE los límites de velocidad en carretera secundaria se sitúan entre 90 y 70 kilómetros hora, mientras que España es uno de los pocos países que aún mantiene en este tipo de vía la cifra de 100 kilómetros/hora, dependiendo del tamaño del arcén.
Esta situación se solucionará en la modificación del reglamento que está preparando la DGT y que ya anunció su director, Pere Navarro. El ministro explica el impacto de esta medida en unas carreteras en las que mueren cada año 1.000 personas de las más de 1.800 que fallecen en España anualmente por un accidente de tráfico.
En este contexto de velocidad segura es donde el ministro se refiere a los límites de velocidad en ciudad y, especialmente al máximo de 30km/h que recomiendan los organismos internacionales, como la OMS o la Comisión Europea, en las zonas de «convivencia entre peatones y vehículos a motor».
En este sentido, revela que ya hay ayuntamientos que han legislado sobre esta materia a través de ordenanzas Sin embargo, y según ha anunciado, la DGT ha incluido en la modificación del reglamento de circulación la obligatoriedad de que todos los municipios instauren este límite. «Nos lo han pedido consistorios como Madrid, Bilbao, Valencia o Málaga», precisa el ministro, quien apunta que su departamento es «solo el vehículo», para lograr esta modificación.
El director de la DGT, Pere Navarro, aboga por poner «atención especial en las ciudades» para el futuro de la seguridad vial. Asimismo, explica que el 85% de la longitud de las calles de Madrid tienen ya este límite y asegura que «calmar el tráfico es la medida más eficaz para reducir accidentes».
Pero, además, pone el foco en los usuarios vulnerables, peatones, ciclistas y vehículos de dos ruedas, para señalar que se van un grupo específico para difundir en las diferentes administraciones medidas concretas. Entre las medidas destaca la obligatoriedad de la enseñanza presencial para el examen del carné de conducir, la promoción de la estandarización de los sistemas de seguridad efectivos en los vehículos o la Estrategia de Seguridad Vial para 2021-2030, que estará alineada con la de la Unión Europea que se aprobará en el último trimestre de 2019.
Por su parte, el nuevo delegado de la Comisión Europea en materia de Seguridad Vial, Mathew Baldwin, propone la creación de una base de datos de accidentes común en toda Europa, con el objetivos de obtener la mayor información posible de los siniestros que ocurren en el territorio de la Unión y así encontrar los más comunes o los más trágicos y ponerles solución entre todos los gobiernos de los estados miembros. «Colaboración global».
También reconoce que hay que «luchar contra la velocidad allá donde sea» y por una mayor financiación en materia de carreteras y otras infraestructuras, así como en la seguridad de los coches. Según apunta, Suecia está trabajando con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para poder hacer un anuncio sobre esta materia en el próximo año. También aboga por los partenariados para el apoyo financiero. Para Baldwin «no todo es cuestión de legislar».