Feliz año 4714

CARLOS ZULOAGA
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La comunidad china celebra mañana el nuevo año, el del Mono Rojo de fuego, aunque predominan las costumbres españolas

Mañana cerca de 200.000 chinos, 191.341 según el último padrón del Instituto Nacional de Estadística, celebrarán en toda España la entrada del nuevo año, el 4714 según la cronología china; es el año del Mono Rojo de Fuego y en Albacete conmemorarán el acontecimiento los 563 chinos que conforman la comunidad asiática.

Pero a diferencia de lo que ocurre en las grandes ciudades de todo el mundo, como las principales de nuestro país, las celebraciones no tendrán el colorido que acompaña los 15 días de fastos de dicho acontecimiento. Una cena o comida en casa, o en el trabajo, como ocurre en los restaurantes chinos de nuestra ciudad, y poco más.

Y es lo que harán Xiaoping Zhou Chen y Ke Quin Huli, un matrimonio que junto a su hija Isabel, nacida en España, regentan el restaurante Casa de Oro, el primero que se instaló en Albacete, en 1985. Han pasado muchos años, y como comentan celebran más la  entrada de año como el resto de los albacetenses y españoles, y es que el tiempo se ha dejado notar. Incluso los abuelos Hu Shi Ron y Li Chuen Yi también se han amoldado a una ciudad y una gente que siente como suya.

Xiaoping, que nació en la ciudad china de Zhe Jian Wen Zhou nos explica junto al resto de la familia que ellos llegaron a Albacete en 1985, «antes habíamos estado trabajando en Madrid y Valencia, que fue donde conocí a mi mujer. Luego nos vinimos a Albacete y ya no nos hemos movido de aquí».

Se sienten orgullosos de haber sido los primeros en instalarse en Albacete y la celebración del nuevo año lo harán a partir del lunes, en el propio restaurante, en un día «que no tengamos mucho jaleo. Cuando acabemos prepararemos una cena con la familia y los trabajadores españoles que están con nosotros. En otros sitios tienen más celebraciones, pero nosotros lo hacemos así».

Nada que ver con lo que ocurre en la propia China y en otras comunidades más amplias. Y es que 15 días de celebración dan para mucho y los ciudadanos chinos y de otros países cercanos influenciados por la cultura y el calendario lunar lo viven de una manera muy especial. Esas dos semanas y un día dan para mucho, hay tiempo para estar con la familia, para reunirse con los amigos, para cocinar o para salir a la calle. Las tradiciones y supersticiones están por todos lados y esos días no se da un paso sin pensar en ellas.

El pez, por ejemplo, se coloca en las casas para atraer la abundancia y si es de color rojo servirá para ahuyentar al Nian (una bestia que habita bajo el mar o en las montañas y que sale de su escondite al inicio de la primavera para atacar a la gente, en especial a los niños).

Además en las puertas se colocan a Los Guardianes para defender a los que allí habitan de la presencia del espíritu malo. Las paredes y fachadas se tiñen de rojo, símbolo de la buena suerte y en las cocinas de todo el país huele a ricos raviolis de tradición navideña. Las casas se barren y se limpian, además de dejar todas las deudas saldadas para entrar en el nuevo año con buen pie.

Nuestra familia china no llegará a tanto, entre otros motivos porque se han adaptado perfectamente a nuestra costumbres. Explican que «nosotros celebramos la entrada del nuevo año como todos los albacetenses en Navidad. Nos hemos acostumbrado y nos gusta, pero no por ello olvidamos esta fecha».

De todos es conocido el carácter trabajador de la sociedad y el caso de Xiaoping y el resto de su familia no es una excepción. «En nuestro país hasta dejan de trabajar durante esos día, pero nosotros con esa cena en familia tenemos suficiente». Cena a la que se suman los españoles que trabajan en el restaurante, como señalábamos anteriormente, y que ya forman parte de la familia.

«Ese día nos juntamos en el restaurante unas 20 personas y preparamos unos 10 platos diferentes que se ponen en el centro de la mesa. No faltan las gambas, el pescado, el marisco, el pollo o la carne. Ponemos de todo, no como en la sociedad occidental que la entrada del año lleva consigo la tradicional cena. Vamos comiendo de todos los platos y uno de los productos que nunca falta es la empanadilla, Jiao Zi, que lleva verdura y carne y que se prepara al vapor».

Y lo hacen con el mismo cariño y mimo que en su país, donde las familias se reúnen para celebrar esa festividad y todo debe estar preparado para esta ocasión tan importante. Toda la comida debe ser preparada antes de tiempo pues una de las supersticiones populares chinas de Año Nuevo dicta que todos los cuchillos deben ser guardados al comienzo del año. Según la tradición, usar un cuchillo durante los primeros días del año ‘corta’ la buena suerte para el próximo año.

Y es que banquete requiere muchos días de preparación, tradicionalmente se empieza a preparar todo un par de semanas antes, todo debe ser abundante ya que habrán muchas visitas de parientes y amigos.

Recuerda que la comida es muy importante para los chinos, pero más aún, esta época es muy importante y la abundancia de comida representa la esperanza de prosperidad y buena fortuna en el futuro.

30 platos. Xiaoping comenta que una cena de esa celebración en su país está compuesta «de 30 platos, que se van colocando en círculos de 10 cada uno. No se para de comer durante esos días, es una tradición que se vive con mucha intensidad. Nosotros no llegamos a tanto».

Y de postre no hay nada especial, «ya que en nuestra cultura, no como en la occidental, el postre se sirve a la vez que el resto de los platos. Son una mezcla de dulce y salado, y también ponemos algo de fruta».

Tantos años en Albacete le ha servido para conocer nuestras costumbres y tradiciones. Xiaoping señala «que es una ciudad muy tranquila y segura, y también nos gusta mucho su gastronomía. Especialmente el cordero, la paella, las lentejas y la ternera a la plancha. Por eso muchas veces  cambiamos la comida de nuestro país por la vuestra».

Pero como a los albacetenses y al resto de los españoles, la tierra les tira, «solemos hacer un viaje al año a nuestro  país, pero nuestra familia directa está toda en España. En China queda la familia lejana, pero sí intentamos hacerlo una vez al año»