Alpera es uno de los municipios albacetenses que se ha visto metido de lleno en la polémica por la proliferación de solicitudes de licencia para granjas porcinas de gran tamaño en la provincia, las señaladas como macrogranjas por los colectivos que se oponen a ellas.

Son varias las peticiones que afectan al término municipal alperino, a las que el Ayuntamiento en bloque y colectivos vecinales mostraron su rechazo, alegando las posibles afecciones medioambientales que pueden suponer y que prefieren apostar por otros modelos productivos. Sus protestas llegaron hasta Toledo, donde una representación institucional y vecinal solicitó frenar esa expansión de la ganadería intensiva.

Para intentar frenar esos proyectos, el Consistorio ha usado los mecanismos que le propicia la normativa urbanística, optando por suspender por un año «la tramitación y el otorgamiento de licencias de parcelación de terrenos, edificación y demolición para la puesta en marcha de instalaciones destinadas a la cría de aves de corral o de cerdos en suelo no urbanizable». 

El Ayuntamiento toma esa decisión, a través de una modificación puntual «a las Normas Subsidiarias sobre la regulación de los usos en suelo no urbanizable». El cambio fue aprobado recientemente por el Pleno municipal y ayer se publicó en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, poniendo así fin a la vía administrativa, aunque se «puede interponer alternativamente recurso de reposición potestativo ante el Pleno, en el plazo de un mes».