La miel de Albacete quiere su marca

I.M.
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Las 34.000 colmenas que hay en la provincia producen cuatro tipos diferentes de 'néctar de los dioses', tres monofloral y uno multifloral.

Imagen de un apicultor con un panal repleto de abejas. - Foto: PATRICIA

«El dulce festín del panal de miel ha acompañado a los humanos hasta nuestros días, si bien, la primeras recolección del también conocido como el ‘néctar de los dioses’, era una actividad similar a la caza que consistía no sólo en localizar la colmena silvestre sino también en eliminar o reducir a las abejas y coger los paneles de miel», luego «conforme el hombre pasó de ser un mero recolector a agricultor, la cosa empezó a cambiar hasta llegar al panorama actual a la apicultura, a la crianza de las abejas, incluido el suministro de todo lo que necesitan, a fin de obtener y consumir los productos que ellas producen (cera, polen, jalea real y miel, fundamentalmente), valiéndose para ello de su explotación en colmenas».

En una colmena habitan, por expresarlo de alguna forma, 60.000 obreras, que son, como su nombre indica, las que realizan todo el trabajo, así como una reina que, por otra parte, es la única que puede producir llegando a poner hasta 3.000 huevos diarios, dependiendo, no obstante, de la necesidad que exista de mantener el equilibrio de la población de la colmena conforme a la floración que hay, y centenas de zánganos que, son, los machos, los que fecundan a las reinas vírgenes en vuelo nupcial y después de que esto ocurre, mueren.

Hay muchos tipos de abejas, pero la abeja europea, también conocida como la abeja doméstica lleva el nombre científico de ‘Apis mellifera’. Es la especie de abeja con mayor distribución en el mundo ocupando toda Europa, incluida la península ibérica, la comunidad de Castilla-La Mancha y la provincia de Albacete, así como Oriente Medio y el norte del continente africano. Está dividida en más de 20 subespecies.

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