El encuentro frente al Real Betis supuso la primera alegría para los jugadores y seguidores del Albacete Balompié, pero también ha dejado secuelas menos agradables en algunos futbolistas como Alberto Domínguez, presa de entradas poco ortodoxas por parte de los delanteros verdiblancos.

El guardameta aún conserva en la pierna derecha las huellas de una batalla de la que todavía no se ha recuperado totalmente.

«Nunca había recibido tantos golpes en el mismo partido», reconoció ayer. «Fueron bastante duros y aunque me he repuesto rápidamente, aún me quedan secuelas. He entrenado con dolor y espero que en los próximos días esté mejor», deseó, aunque también admitió:«Gracias a la victoria se hace más fácil».

Cuando se le solicitó que evaluara el encuentro frente al Betis, el gallego señaló:«El equipo estuvo serio, llevamos una buena dinámica excepto el partido con el Alcorcón, ha dado la talla y ha obtenido los puntos que merece, e incluso a veces menos».

El error que cometió en Tenerife fue objeto en su día de algunas críticas que asegura encajar bien, pero matizó:«No me molesta que se diga en las crónicas que Alberto ha fallado, pero la mofa ya no me gusta porque pones a la gente en mi contra. Yo me siento respaldado por mis compañeros y la afición, pero si le pasa a otro que no lo esté tanto, le puede afectar, como ya le ha sucedido a alguno».

Alberto Domínguez profundizó en este sentido y efectuó las siguientes consideraciones: «A unos les afecta más y a otros menos, pero como aficionado quiero que mi equipo gane y no puedo perjudicarlo. Hay que pensar que un futbolista no ha jugado nunca en Segunda, o que lleva tres partidos, y si le meto más presión será peor».

El portero recordó el papel central de los aficionados en el ascenso de categoría y pidió lo mismo para este año, cuando el Albacete peleará por mantenerse. «La afición del Albacete tiene una gran parte de culpa de partidos como el de La Hoya Lorca o el del Sestao, y si no hubiese estado así lo mismo no hubiésemos ganado. Si con 0-2 para el Sestao escuchas sí se puede, al final te lo crees. Conocemos nuestras limitaciones, sabemos que vamos a sufrir en esta categoría, pero apoyan los 8.000 que vengan, eso se transformará en puntos», aseguró el futbolista.

Por último, emitió su opinión acerca de la polémica interminable sobre su colega Íker Casillas, un problema que lo hizo extensible al partido del pasado domingo en Sevilla.

«Creo que el gol que recibe no es culpa suya, pero en cualquier balón que toca ya le pitan. Si fuera del Real Madrid no me gustaría ver eso porque la afición debe estar con su equipo hasta el minuto 90, y a partir de ahí que dicte sentencia. Hay veces que nos aplauden cuando el resultado va bien, pero si nos encasquetan un gol en el minuto 90 ya no. En Sevilla oía murmullos cuando fallaba un defensa del Betis y yo pensaba que la cosa iba bien mientras ellos percibían todo lo contrario. Si eso hubiese sucedido al final del partido no hubiera influido», concluyó.