Rubí Sanz comenzó su estrecha vinculación con el Museo de Albacete a comienzos de la década de los 80 y, salvo el paréntesis que supuso la etapa al frente de la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades y su nombramiento como directora del Museo Arqueológico Nacional en 2004, ha dirigido hasta la fecha los destinos del espacio museístico más importante de nuestra provincia, tanto por el número, como por la calidad de las piezas que alberga. Durante estas décadas el Museo ha promovido exposiciones, ciclos de conferencias, actividades dirigidas a escolares, jornadas informativas... un sinfín de actividades siempre tendentes a potenciar su imbricación en el tejido social albacetense. Aunque la sección de Arqueología es la más importante, las colecciones del mismo sorprenden por su heterogeneidad, un ejemplo es su espléndido fondo de arte contemporáneo. Doctora en Historia y facultativa del Cuerpo de Conservadores de Museos desde 1986, durante sus últimos años de gestión también se llevó a cabo una profunda renovación de buena parte de sus salas.
Su etapa al frente del Museo de Albacete ha coincidido con la consolidación de éste como una referencia absoluta en el ámbito cultural y patrimonial en la provincia, ¿en líneas generales está satisfecha de esa andadura?
Sí, el Museo es una institución de referencia en Albacete y también fuera de nuestra ciudad. Comenzó a consolidarse bajo la dirección de Joaquín Sánchez Jiménez, fallecido en el año 1962, con quien se pasó de un museo inestable a otro estable. Samuel de los Santos fue el gran impulsor de su sede actual, a mí me han tocado otros largos años, desde 1983 en que me hice cargo de la institución, hasta ahora, con dos interrupciones, una corta de sólo nueve meses y otra larga al frente del Museo Arqueológico Nacional. En estos años el Museo de Albacete ha logrado ese reconocimiento social e institucional en Albacete, la provincia, y fuera de ella, y ha recibido y mostrado grandes exposiciones, unas de pintura como las de Zóbel, Antonio López, los fondos del Museo de Eindhoven (con obras de Picasso, Gris, Kokoska...), Romero de Torres, etcétera; de escultura como la de José Luis Sánchez; de arqueología como la que mostró fondos del Museo Nacional de Antropología de México, fotografía o etnografía. En estos momentos mostramos una exposición muy didáctica y dinámica: Miradas a la mujer ibérica en la que se conjugan fotografías, piezas originales, hologramas e imágenes en 3D que permiten conocer a fondo algunas esculturas famosas con el solo gesto de las manos sobre una pantalla multitáctil.
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