Después de marcharse del Real Madrid sin apenas dar explicaciones, el español Íker Casillas, actual arquero del Oporto, justificó ayer su decisión de abandonar el conjunto ‘merengue’ por su necesidad de «respirar» al estar siempre «en el foco de la crítica».
«Fue un cambio difícil en su momento, pero para mí ha sido una experiencia y una nueva ilusión que tenía que meterme dentro. La situación no era la mejor de todas, siempre estabas en el foco de la crítica, tanto de la buena como de la mala, y evidentemente necesitaba respirar. Apareció Julen Lopetegui y tomé la decisión. Estoy feliz, creo que se me nota en la cara», manifestó durante su asistencia a un acto publicitario.
El internacional explicó que se siente muy bien en su nuevo destino. «Desde que llegué, el cariño que me han dado ha sido exquisito, desde el club, los aficionados... Han tenido un comportamiento espectacular. Es un club exigente, llevamos dos años sin títulos y la gente exige el máximo», declaró.
Según comentó el arquero, el objetivo de la escuadra lusa es «pelear por Liga y por la Copa, y también la Copa de la Liga, que parece un título menor, pero que entusiasma a la afición», matizó.
También confesó que le gustaría llegar a la final de la Liga de Campeones que se disputará el próximo mes de mayo en Milán y que enfrente estuviera el Real Madrid. «Mi equipo quizás no puede competir con los grandes de Europa», pero lo harán «lo mejor posible» para continuar hacia adelante tras un sorteo en el que «ya hay bastante morbo» con su enfrentamiento con el Chelsea de José Mourinho, que le relegó al banquillo durante su etapa en el Santiago Bernabéu.
«Hay que intentar asegurar una de esas dos plazas, pero es verdad que deparó cierto ‘rollo’ para la gente, también con el regreso de Ángel di María al Santiago Bernabéu. Hay partidos difíciles ante el Chelsea, pero hay que conseguir grandes retos», valoró.
Buenos refuerzos. Sobre su exequipo, Casillas apreció que lo ve «muy bien» tras haberse «reforzado bien» con «jugadores interesantes» que suben el nivel de un conjunto que ve con buenos ojos y quitó hierro por el empate ante el Sporting de Gijón porque «después de solo dos jornadas no hay que volverse loco».
Por otro lado, al ser cuestionado por una posible retirada, el de Móstoles remarcó que tiene presente que cada vez le queda menos, pero que es algo que aún no se ha planteado «No soy inmortal, voy a pelear, aunque me gustaría jugar hasta los 60. Espero seguir mucho tiempo», señaló.
Finalmente, sobre la selección española, reflejó que, «a pesar de aquella dura derrota en Eslovaquia (2-1), el camino va bien», y que incluso podrían cerrar la clasificación de la Eurocopa de Francia del próximo verano en los dos encuentros que disputarán en los próximos días. «Somos conscientes de que, si ganamos los dos, o si como mínimo conseguimos cuatro puntos, estamos clasificados. Tanto ante los eslovacos como frente a Macedonia serán duelos difíciles, pero estamos mentalizados para conseguir un billete para el torneo», concluyó.