Unidos para desafiar a Europa

SPC
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Macron y Conte cargan contra la «falta de eficacia y solidaridad» de la UE en la crisis migratoria y proponen una reforma en profundidad para hacer frente a las llegadas de los 'sin papeles'

Al borde de una crisis diplomática sin precedentes, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, desactivaron ayer la tensión entre sus países con el propósito de alcanzar una reforma migratoria que se presagia más restrictiva.

Flotaba en el Palacio del Elíseo una atmósfera densa, tras las palabras de Macron dirigidas a Roma en la mente de todos. El galo había catalogado de «cinismo» e «irresponsabilidad» la decisión de Conte de cerrar sus puertos al barco Aquarius, motivo por el cual la cita estuvo a punto de no celebrarse. Pero el primer ministro transalpino zanjó cualquier polémica: «El entendimiento con Macron es perfecto. El mero hecho de que esté yo aquí es la mejor respuesta».

El anfitrión reconoció que «a Europa le ha faltado eficacia y solidaridad» en la crisis migratoria hacia los principales receptores de inmigrantes indocumentados. «Deseo profundamente que en los próximos días, las próximas semanas y los próximos meses Francia e Italia trabajen mano a mano para proponer soluciones europeas junto a Alemania y España», manifestó.

Y, acto seguido, apuntó que «ha llegado el momento de una reforma en profundidad para responder al desafío», que intentará vertebrar sobre tres ejes.