U n año más los conejos están trayendo de cabeza a los agricultores de cuatro provincias castellano-manchegas, una de ellas la albacetense, que están  viendo cómo una población incontrolada de estos mamíferos están poniendo patas arriba sus explotaciones. Pero es que, además, apunta  Jorge Navarro, vicepresidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores, Asaja, en esto de los daños no «estamos solos nosotros y los ganaderos, sino también la propia biodiversidad, las infraestructuras de locomoción y las autopistas», y todo ello, sin perder de vista, que «el sector agrícola por sí solo ya tiene bastantes problemas».

 Frenar lo anterior pasa, indica a continuación, por ejemplo, «por actuaciones en los márgenes de las carreteras donde se concentran las madrigueras y por la instalación de vallados más tupidos y a mayor profundidad», por ello que, para empezar  hayan dirigido diferentes cartas tanto a la Consejería de Fomento como al Ministerio, sea a nivel provincial como regional, para que actúen más allá de «simples parches» en la A-30 y en la A-31, «pues de lo contrario las fincas colindantes están perdidas, pero estas fincas no son las únicas, pues lo mismo se puede aplicar para las extensiones agrarias cercanas, por un lado, a los cauces mientras no se limpien convenientemente, y por otro, a los cotos sociales y a los cotos de caza si sus titulares o propietarios no controlen la población a través de las consiguientes batidas autorizadas,  con hurón y red o con hurón y escopeta, por ello que igualmente también nos hayamos dirigido a Agricultura pues la veda está cerrada desde el 8 de febrero».

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