El cineasta Bernardo Bertolucci, autor de obras como El último tango en París, Novecento o El último emperador, considerado uno de las últimas leyendas del cine de Italia, falleció ayer en la capital a los 77 años como consecuencia de un cáncer, según comunicó su representante.

Nacido en Parma el 16 de marzo de 1941, el director entró en el mundo del celuloide con 20 años de la mano de Pier Paolo Pasolini, a quien asistió durante el rodaje de Accattone (1961), aunque provenía de una familia de reconocidos escritores y cineastas italianos.

Su mirada sobre lo prohibido, lo oculto y el voyeurismo en su forma más audaz, le ayudaron a iniciar una fulgurante carrera como cineasta que le situó entre los  grandes maestros del cine de posguerra de Italia.

Su  primera producción cinematográfica fue La cosecha estéril (1962), con la que inició su fijación por el intimismo y el continuo análisis de la juventud. Pero su carrera internacional llegó con El último tango en París (1972). La tormentosa historia de amor protagonizada por Maria Schneider y Marlon Brando, que fue censurada en países como España por los encuentros sexuales de sus personajes, fue su lanzamiento a la fama mundial y generó numerosas polémicas. Sin embargo, también le supuso dos nominaciones al Premio Oscar como Mejor Director y Mejor Actor y otras dos nominaciones en los Globos de Oro, a la Mejor Película y al Mejor Director.   

Calificado como «el gran director de la transgresión y la provocación», Bertolucci siempre reconoció que el gran éxito de esta película le permitió hacer lo que «le diese la gana» y en 1987 estrenó la película que le granjeó un mayor reconocimiento, El último emperador. Con un rodaje espectacular en China, convirtiéndose en el primer director occidental al que se le dio permiso para rodar en Pekín, consiguió ganar cuatro Globos de Oro y nueve premios Oscar. 

Tras dirigir otros títulos como El pequeño buda o L’Assedio, Bertolucci se adaptó a su nueva vida en silla de ruedas tras una operación de columna que salió mal. Tras diez años fuera de la gran pantalla, regresó con la película Tú y yo en 2012, donde abordaba algunos de sus temas predilectos como el despertar sexual y el incesto.

Pero ayer el mundo del séptimo arte lloró a este cineasta considerado por todos uno de los directores más grandes de Italia y del mundo.