Los taxistas ven escasas las ayudas para utilizar energías alternativas

E.R.J.
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El sector lamentó que sólo se puedan beneficiar, en el caso del gas licuado (GLP), los coches que se van a adquirir y, para los eléctricos, exclusivamente los que son puros

A finales del año pasado, el Gobierno aprobó unas nuevas ayudas para el sector del automóvil, en concreto, para fomentar el uso de las energías alternativas, menos contaminantes y con menor impacto en el medio ambiente.

Una acción que, a priori, iba destinada a dar respuesta a la demanda de colectivos como el de los taxistas, que realizan fuertes inversiones en los vehículos, como herramienta de trabajo, pero que ha dejado al sector un poco desencantado al conocer la letra pequeña de la misma.

«El plan va dirigido a vehículos eléctricos y a los que funcionan con gas licuado», al que se le llama GLP, pero «creemos que es muy insuficiente, que se queda escaso». ¿Por qué estas críticas? Para empezar, porque, como explica el presidente de la Asociación Provincial de Taxistas, Juan Valcárcel, en el caso de los primeros, el coche «tiene que ser eléctrico puto, no valen los híbridos».

en mucho tiempo. Este aspecto hace que, de momento, esta ayuda esté descartada en el colectivo albaceteño porque, de los profesionales del taxi en Albacete, «ahora mismo hay 23 vehículos eléctricos, pero son todos híbridos, no hay ninguno puso» y, advirtió Valcárcel, «no lo va a haber en mucho tiempo» hasta que no haya coches que permitan una mayor autonomía y hasta que no haya una red mucho más amplia de cargadores de estos vehículos.

En el segundo caso, las ayudas para el gas licuado «implican la adquisición de un vehículo con este combustible, no sirven ni para la conversión, ni si se han adquirido ya», con lo que tampoco va a beneficiar mucho a los taxistas albaceteños que «sí tenemos coches de este tipo, 23, pero en este momento sólo tenemos un pedido, que va a ser el único que puede acoplarse a este plan».

BARATO PERO POCO POTENTE. La cuantía de estas ayudas varía de los 200 a los 20.000 euros, y  va dirigida más allá que a los profesionales, puesto que prevé incentivos incluso para las motos eléctricas o las bicicletas de pedaleo asistido. Todo para lograr ir, poco a poco, modificando un parque móvil que contamina mucho.

Por eso se impulsa el gas licuado, porque «es más barato que el diésel» y, al llevar un motor como los de los coches de gasolina «el mantenimiento es más sencillo y las reparaciones menos costosas», destaca Valcárcel.

Este combustible está cada vez más disponible. En la actualidad, y según la información facilitada a este diario por la Asociación Española de Operadores de Gases Licuados del Petróleo, «hay siete estaciones de servicio en Albacete con autogas», de las 31 en la región. Los taxistas también tienen un punto de recarga. Si no hay más taxis con este combustible es «porque tienen menos potencia».