El italiano Kristian Sbaragli (MTN-Qhubeka) se impuso ayer en la décima etapa de la Vuelta a España, transcurrida entre Valencia y Castellón sobre 146,6 kilómetros, tras superar el Alto del Desierto de las Palmas, de segunda categoría, y sorprender a hombres más rápidos como John Degenkolb (Giant) o José Joaquín Rojas (Movistar) en meta, tras acabar previamente el pelotón con dos escapadas.

La última ascensión, situada a 17 kilómetros de la llegada, no fue escenario de ningún ataque entre los primeros de la general, pero sí el trampolín para intentar una última aventura en fuga para De Marchi (BMC), Romain Sicard (Europcar) y Kenny Elissonde (FDJ), cazados, no obstante, a 4,5 kilómetros de luchar por el triunfo.

Una vez reagrupados, y sin ningún equipo capaz de controlar la cabeza ante la ausencia de claros especialistas más allá de Degenkolb, la llegada fue caótica por los múltiples intentos de demarraje.

Con los Giant-Alpecin cansados, llegó la anécdota de la jornada. El mismo líder de la general provisional, Tom Dumoulin, fue el encargado de perseguir cualquier intento de ataque y fue quien ató en corto a Hansen. Esto permitió llegar al sprint y que su compañero John Degenkolb, aunque forzado, pudiera luchar por el triunfo.

El alemán, el velocista más rápido en condiciones normales, empezó algo retrasado y no tuvo suficientes metros para batir a Sbaragli. El transalpino, que sorprendió al resto de rivales, se proclamó vencedor en Castellón y dio más nombre a su equipo, un MTN-Qhubeka sudafricano que ya ganó una etapa, gracias a Stephen Cummings, en el pasado Tour de Francia.

Fue una etapa muy rápida en la que el pelotón trabajó a destajo para echar abajo una escapada masiva que llegó a estar formada por hasta 40 integrantes y, entre ellos, hombres importantes de cara a la general como Sergio Henao (Sky), así como Dani Navarro (Cofidis), y de la talla de Jurgen van den Broeck (Lotto Soudal), lo que les impidió llegar a buen puerto.

El colombiano Henao, que estaba decimocuarto en la clasificación, no tuvo su mejor día al pinchar en el descenso del Desierto de las Palmas y, cuando intentaba reengancharse al grupo, se fue al suelo y acabó cediendo en meta 10:50 minutos, lo que le deja ahora a 14:03 del líder.

No hubo más sorpresas, y ahora los ciclistas gozarán de un día de descanso por Andorra antes de que mañana empiece la ‘fiesta pirenaica’. Y es que, tras reponer fuerzas, llegará uno de los días más complicados.

La undécima etapa partirá de Andorra la Vella y llegará a Cortals d’Encamp después de 138 kilómetros. Un puerto de segunda (Alt de la Comella), cuatro de primera (Collada de Beixalis, Coll d’Ordino, Port de la Rabassa y el final en Cortals d’Encamp) y uno de categoría especial (Coll de la Gallina) forman un auténtico ‘rompe-piernas’ donde podría encaminarse la ronda.

Valverde, dolorido. Nada más bajarse de la bicicleta, Alejandro Valverde (Movistar), reconoció que tiene algunos dolores después de la caída que sufrió el pasado domingo. «Puedo ir bien; lo malo es cuando tengo que levantar el brazo. Me cuesta mucho trabajo, tengo que hacer muchas cosas, como coger comida con la mano derecha... me duele, pero lo que más me preocupa es que el cuerpo se resienta, que esté bloqueado. Confío en aprovechar el día de descanso y el miércoles se hará lo que se pueda», precisó.