La economía hace años que no va sobre ruedas y esto se ve en la drástica reducción del número de vehículos a cargo del Gobierno de Castilla-La Mancha. En menos de dos años, la nueva Junta ‘popular’ ha reducido en más de un 18 por ciento su parque móvil, que ha pasado de los 2.633 vehículos censados en diciembre de 2011 a los 2.152 registrados este verano, la inmensa mayoría turismos, según datos de la Consejería de Hacienda. Casi medio millar de coches menos que al incoo de la legislatura.

Los departamentos más afectado por este ajuste han sido las consejerías de Empleo, que ha perdido más del 66 por ciento de su parque móvil, y Educación, que se ha quedado con la mitad.

En cambio, Hacienda ha tomado las riendas del control del gasto, ha centralizado buena parte de la propiedad y reparte los coches según las peticiones recibidas. La cartera de Arturo Romaní tiene ahora más de 240 vehículos a su cargo, cuatro veces más que en 2011.

 En cuanto al uso que se da a estos vehículos, casi la mitad de ellos se destinan a labores sociosanitarias (547) y forestales (457). Ytambién es importante el peso específico de la sección de carreteras, con un total de 426 vehículos a su cargo.

Alta representación.

El inventario de la Junta de Comunidades reconoce la presencia de 45 vehículos de ‘alta representación’ -los comúnmente conocidos como coches oficiales- y otros 289 para servicios generales, los que podrían denominarse ‘coches para todo’.

Esta significativa reducción del parque móvil de la Junta se engloba dentro de las medidas de control de gasto anunciadas por la presidenta Cospedal tras su toma de posesión, que se han materializado en varias subastas de vehículos públicos.

La primera de ellas fue, por lo novedoso de la iniciativa, noticia en el ámbito estatal. En diciembre de 2011 el Gobierno sacó a concurso 68 vehículos de todo tipo: desde furgonetas con un precio de salida de 60 euros a berlinas oficiales prácticamente sin usar. En un primer momento, la Junta logró vender 52 vehículos, obteniendo por ellos unos 300.000 euros.

Entre los coches de esta primera subasta se encontraba el Audi-A8 blindado del expresidente Barreda, que tenía un precio de salida de 156.000 euros y que se quedó sin dueño en esa ocasión. Tras varios intentos fallidos, este vehículo de superlujo, comprado por más de 370.000 euros, fue vendido por menos de la mitad de su valor un año después.