Urbanismo traza un plan de rescate para tres barriadas

M.M.B.
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Más edificabilidad y ayudas públicas son medidas para dar solución a Hermanos Falcó, Santa Teresa y la calle Burgos

Viviendas del barrio de Hermanos Falcó - Foto: Arturo Pérez

Albacete tiene un plan. Un plan que no se fija en crecer, en la expansión urbanística, sino en la ciudad construida. El Albacete que ya existe. Ese Albacete que no siempre envejece bien y necesita algo más que un lavado de cara. Se trata del Plan Director de Rehabilitación y Regeneración Urbana que terminó de redactarse hace unas semanas y que contempla seis medidas que ponen el foco en seis lugares de intervención prioritaria.

Más allá del Ensanche, donde acucia buscar solución a la escasez de dotaciones públicas y poner ascensor en los bloques que no lo tienen; o de La Estrella y La Milagrosa, barrio este último donde se está actuando gracias a la inyección de fondos comunitarios, buena parte de este plan fija su atención en tres conjuntos de viviendas que urge rehabilitar. Hablamos de las grilleras de Santa Teresa, los bloques bajos de Hermanos Falcó y los viejos minipisos de la calle Burgos, frente al Hospital. Tres lugares donde, si no se actúa, existe un alto riesgo de que se conviertan en «reductos de marginalidad», admite este plan. 

Son tres lugares con problemas comunes y que podrían tener una misma solución, de ahí que se trabaje para su inclusión en una misma Área de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU) para que los dueños de estas casas puedan  acceder a ayudas públicas. 

Pero, ¿merece la pena rehabilitar casas de más de 40 años, de baja calidad constructiva y algunas muy deterioradas porque apenas han sido mantenidas? La Administración cree que sí, si se demolieran estos barrios sería como «borrar la huella» del paso del tiempo en la ciudad. El esfuerzo se dirige, por tanto, a la rehabilitación pese a lo difícil que es que familias con muy bajos recursos puedan afrontar el mínimo gasto de unas obras por muy perentorias que sean. 

fórmulas de financiación. La constatación de que las bajas rentas de las personas que habitan en estas casas hace impensable que corran con el coste de la rehabilitación de estos edificios, ni tan siquiera aunque se les subvencione la mayor parte de la obra, obliga a buscar «formas de financiación adicionales a las ayudas públicas para que los propietarios puedan hacer frente al deber legal de conservación». 

En el plan se sugieren algunas, desde préstamos de inversionistas privados a adelantos de pago de cuotas por parte del municipio o, incluso, la de llevar a cabo «operaciones de densificación». Es decir, aumentar la edificabilidad para construir nuevas viviendas y con las plusvalías de las casas nuevas pagar el arreglo de las viejas.

De entrada, en el Plan Director de Rehabilitación se recoge la conveniencia de modificar el Plan General de Ordenación Urbana para aumentar la edificabilidad en las grilleras de Santa Teresa y de la calle Burgos para poder ampliar el tamaño de estos minipisos que apenas alcanzan los 40 metros cuadrados. Se trataría de aprovechar el espacio que queda libre en los patios interiores, hoy ocupados por destartalados trasteros que afean mucho el paisaje urbano. Este aumento de edificabilidad, añade el plan, contribuiría a la «viabilidad económica» de la operación de rehabilitación del barrio.

La segunda medida pasa precisamente por acceder a las ayudas públicas derivadas de los planes de vivienda estatal y autonómico y para ello se estaba a la espera de que la Consejería de Fomento publicase las subvenciones vinculadas a las Áreas de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU). 

 

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