Cospedal arremete contra Sánchez por su tibieza ante el PSC

Agencias
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La secretaria general del PP critica que el líder del PSOE permitiera a la facción catalana apoyar la Ley de consultas que aprobó el viernes el 'Parlament'

María Dolores de Cospedal - Foto: EUROPA PRESS

Mientras Artur Mas continúa parapetado en el silencio después de que el Parlamento regional catalán aprobara el viernes la Ley de consultas, el terremoto que ha causado su empeño en una quimérica independencia llevó ayer a un cruce de argumentos entre la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y su homólogo en el PSOE, Pedro Sánchez, empeñado en plantear una reforma de la Constitución que contente a todos, pero sin poner negro sobre blanco los matices que entrañaría ese cambio.

Cospedal arremetió contra el líder del PSOE por la tibieza con la que el recién estrenado secretario general de los socialistas se ha posicionado respecto al PSC y el apoyo que éstos han realizado a la normativa regional con la que Mas quiere abrir la puerta a la secesión, sabiendo que es una norma contraria a la Carta Magna. «Espero que el PSOE recupere la cordura», sentenció.

Tras la reunión del Comité de Dirección del PP subrayó que la citada ley autonómica es inconstitucional y censuró el apoyo socialista a la norma, así como que votara en contra de una propuesta parlamentaria popular exigiendo a la Generalitat de Cataluña cumplir la legislación. «Sorprende la actitud del PSOE», apostilló.

Cospedal criticó igualmente la reforma constitucional que plantea constantemente Pedro Sánchez para resolver el problema territorial. En este sentido, argumentó que no se trata de una propuesta de reforma sino de «un cambio de Constitución» y que solo da a conocer «el título, pero no la letra». «Plantea únicamente que tiene que ser federal, pero no dice en qué consiste», agregó.

Además de criticar el contenido, Cospedal rechazó el mero planteamiento de un cambio legal ante el desafío independentista catalán. «Si propone para los que incumplen la Constitución hacerles una a medida, no me parece el argumento más oportuno para un partido que aspira a gobernar España», advirtió.

La dirigente popular volvió a defender la plataforma de unidad que ofreció en Cataluña a los partidos que defienden la Constitución, un «ofrecimiento generoso, desprovisto de otra intencionalidad que no sea defender los derechos de los catalanes». «Espero que el PSOE recupere la cordura, porque esta actitud que estamos viendo estos días es un planteamiento que no sé cómo puede explicar el secretario general ni a los votantes del PSOE», apostilló.

Asimismo, aseveró que el PP seguirá defendiendo la unidad de España y el derecho de los ciudadanos de la región «a ser catalanes, españoles y europeos», y que lo hará «pese a los insultos y la «violencia» contra este partido cuando lo que quiere es hacer política y hablar en libertad.

Su bandera política. Y es que Pedro Sánchez ha hecho de ese cambio constitucional su bandera y predica este mensaje en cualquier plataforma mediática. Ayer volvió a hacerlo e incluso advirtió al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que «no puede seguir sosteniendo que su obligación se limita al cumplimiento de la Constitución» en Cataluña, sino que también le corresponde «posibilitar con su mayoría un pacto nuevo» en torno a la Carta Magna.

En un artículo que firmó en un diario generalista de tirada nacional, afirmó que el problema del debate soberanista en Cataluña es la cuestión más grave que tiene España y el primero que se debe afrontar, «un problema esencial, formidable, porque afecta a la integridad misma del Estado».

A su modo de ver, Rajoy hará «bien» en demostrar que «el Estado no admite desafíos», pero luego «debe demostrar que es capaz de trabajar por el futuro y no solo por el mantenimiento». Pero, además, Sánchez cargó contra los promotores de la consulta independentista, a los que acusó de desarrollar «un proceso lleno de juegos de palabras para aparentar que respetaban la legalidad cuando buscaban suplantarla», «consulta» en vez de «referéndum», «derecho a decidir» en vez de «autodeterminación» y «oscilación calculada entre la llamada a la desobediencia civil y el se hará conforme a la legalidad». Llamando a las cosas por su nombre, avisaba el líder socialista, lo que se plantea es una «ruptura del Estado» y, además que, la definición de lo que es España quede «en manos de una parte sola de las que la integran».