El pabellón con el que Liberbank cuenta en un lugar privilegiado, en pleno corazón del Recinto ferial, se ha convertido este año en un salón de juegos recreativos que atraen a muchos adolescentes, y menos jóvenes, a disfrutar de las máquinas de su juventud. El habitual escenario que albergaba espectáculos de asociaciones y colectivos de la ciudad ha dado paso a la tecnología, a la de ayer y de hoy.

«Los más mayores prefieren el Ice hockey y las máquinas tipo consolas», como las que causaban furor hace décadas con los comecocos o el tetrix. Los más pequeños se acercan hasta las pantallas de los videojuegos más modernos, con diseños más actuales. Es la percepción de Javier Sánchez, coordinador matinal de esta zona, por la que también pasan muchas personas de más edad. «La mayoría vienen porque damos unas bolsas y pasan a recogerlas», añade.

<b>Laberinto.</b> Los pequeños, los de menos edad, también lo tienen claro. Su zona está, al entrar al recinto de Liberbank, a la izquierda. «Tenemos un laberinto y les gusta mucho, de hecho, es lo que más les atrae, más que las máquinas».

Así se entretienen cuando sus acompañantes, mayores, plantan cara a  las máquinas, como Raúl, que con 14 años nos atiende mientras evita que le ‘maten’. «Estamos aquí pasándolo bien,  nuestros padres están en la tele», cuenta. Y es que él, junto con Alba, de 15 años, y su hermano Iván, de 10, prefieren este recinto de juegos mientras sus padres, de Alborea, disfrutan de los actos dedicados a este municipio en el espacio de la Diputación.