Cantando bajo la lluvia

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Éxito del concierto de Alejandro Sanz, Pablo Alborán y Rozalén a pesar del chaparrón

Con muy buenas expectativas por lo que estaba por suceder y las entradas agotadas -en torno a 16.000 personas-, Albacete recibió anoche bajo una intensa lluvia a un triunvirato difícil de repetir en el futuro: María Rozalén, Pablo Alborán y Alejandro Sanz sobre un escenario instalado en el estado municipal Carlos Belmonte, macroconcierto muy esperado en la ciudad que organizó la Junta para conmemorar el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote.

Fue una noche de largas colas para poder entrar al estadio y de cabreos por el retraso en los accesos, de tensión, pero sobre todo de paraguas, de chubasqueros y de mucho arte. La multitud que siguió el concierto aguantó estoicamente el chaparrón. Y no era para menos. Era el acontecimiento musical del año por excelencia.

De entrevista por la mañana en Cadena Dial y de viaje por la tarde hacia su ciudad natal, la primera en aparecer fue la albaceteña María Rozalén, emocionada por cantar en su tierra en este acontecimiento que, por cierto, aprovechó para presentar su segundo elepé, Quién me ha visto. Ante un público exaltado -y calado-, especialmente el femenino, Pablo Alborán dio lo mejor de sí mismo y, como solo él sabe hacer, se metió a sus fans en el bolsillo. A pesar de la lluvia, la petición de bises no faltó.

El final del concierto resultó de lo más apoteósico. Sirope llenó de melodías un Carlos Belmonte que no se cansó de aplaudir a uno de los artistas internacionales más importantes de la historia de la música española:Alejandro Sanz. Sin lugar a dudas, el concierto fue excepcional: por la calidad y profesionalidad y por el aguante del público a pesar de las condiciones meteorológicas.