Garrido levanta la Feria Taurina con un toreo de peso

PEDRO J. GARCÍA
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El diestro pacense brilló con el capote y realizó dos faenas de mucha calidad, mando y temple que le valieron para cortar tres orejas y saborear la salida en hombros

Tres toreros muy del gusto del aficionado se dieron cita en la plaza de toros en la octava de abono, donde en los tendidos se palpaban las ganas de vivir una buena tarde de toros y de que, de una vez por todas, la Feria Taurina, que marchaba muy plana -con la excepción del triunfal festejo de rejones-, tomase altura porque el abono, desgraciadamente, toca a su fin. Los deseos de los espectadores se vieron colmados, y con creces, gracias a un torero pacense, José Garrido, que ayer dejó patente que quiere abrirse camino y ser figura del toreo, que es lo que hizo, estar en figura, con una tarde redonda en la que brilló tanto con el capote como con la muleta y con la espada, volcándose las dos veces para cobrar buenas estocadas. Todo ello tuvo el premio de tres orejas y la correspondiente salido en hombros.

Aunque eclipsado por la gran tarde de Garrido, Del Álamo también pide una mención destacada, porque estuvo muy entregado y con ganas toda la tarde y lo puso él todo ante sus dos enemigos, lo que le valió para cortar una oreja del segundo de su lote. Por su parte, Diego Urdiales, aunque no le acompañaron los toros, no tuvo su tarde y a un diestro curtido como es él hay que pedirle algo más de disposición.

Con los modestos, volvió el toro, en este caso el de Montalvo, con una corrida bien presentada y seria, con varios toros aplaudidos de salida. Luego, el juego desigual es algo que nadie puede aventurar. Hoy vuelven las figuras y ya veremos el toro. ¿Cambiará?

garrido firma una gran tarde. Garrido dejó buenas sensaciones como novillero en el abono del año pasado y en esta ocasión le tocaba hacer el paseíllo, desmonterado, ya como matador de toros, tras su alternativa el pasado 22 de abril en Sevilla, fecha desde la que está completado una importante temporada que no pasa desapercibida para nadie -para los empresarios de Albacete tampoco, que le tuvieron en cuenta para el abono-. Respondió el joven matador de toros a las expectativas y con el rotundo triunfo de ayer se hace acreedor para sustituir mañana a Miguel Ángel Perera, quien tristemente no podrá completar su segunda tarde por la grave cogida sufrida ayer en la plaza de toros de Salamanca.

Garrido dio un golpe seco para que todos se enteren que está aquí y lo hizo con dos completas labores, de principio a fin. Su decisión se vio cuando recibió a su primer enemigo con dos faroles de rodillas, aunque lo bueno vino después, cuando se abrió de capa y recetó templadas verónicas rematadas con media de rodillas, refrendado todo con un quite que remató con una media a cámara lenta. Ya con la muleta cuajó una gran faena, sucediéndose las series sobre la mano derecha con mando, temple y mucho gusto en los remates, tanto con pases de pecho a pies juntos como con muletazos de desprecio muy lucidos. Cimentó la faena sobre la mano derecha, pero el toreo al natural no desmereció, aunque al toro le faltó más entrega por ese pitón. El remate tuvo buen sabor, con tres ayudados por alto, el de desprecio y otro lucido pase de pecho. La obra estaba terminada y sólo faltaba ponerle la firma y lo hizo con una estocada, con el único pero de que quedó un poco trasera, pero fue efectiva y los tendidos se llenaron de pañuelos pidiendo unas orejas que concedió el usía.

Ante su segundo, donde también brilló con el capote, realizó una destacada faena, sobre todo por la firmeza que puso al principio para conseguir sacar el buen fondo de un toro que comenzó más brusco y con un calamocheo molesto. Lo hizo a base de mano baja y poder con la muleta, logrando así series conjuntadas y templadas, tanto con la mano derecha como en el toreo al natural y, otra vez, en los lucidos remates, tanto por bajo como, nuevamente, con pases de pecho a pies juntos. Sólo faltaba volcarse en la estocada y él lo hizo en la suerte natural, aunque en esta ocasión necesitó hasta tres golpes de descabello que no impidieron que aflorasen los pañuelos y se llevase otra oreja para el esportón.

la entrega de del álamo. Del Álamo también completó una buena tarde ante dos toros sin clase, ni entrega, con los que tuvo que poner él todo de su parte, con mucha entrega, para arrancarles los muletazos y conseguir dos faenas que tuvieron el mismo corte, que no fue otro que tirar de sus enemigos. Lo hizo con el primero, más en la distancia corta, para provocar las embestidas de un toro soso y sin transmisión. Y también con el quinto, del que paseó una oreja tras otra faena en la que tuvo que estar firme, atacar al toro y tirar de él en la muleta, tanto por el derecho como por el izquierdo, por donde fue más brusco y se le coló en una ocasión. Cobró una estocada y recibió el premio de una oreja.

Completó la terna Diego Urdiales, quien no tuvo su tarde, primero con un toro parado, sin clase ni entrega con el que el torero puso voluntad en una faena con poca historia.Menos todavía tuvo la siguiente, ante un manso que no pasaba, por lo que el diestro decidió abreviar.