Chorros de agua, lluvia de euros

I.M.
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Cada reventón atrae casi 7.000 visitantes al día • Se llenan restaurantes y casas rurales

Todo dependerá de las precipitaciones que caigan pero, por regla general, los Chorros del Río Mundo revientan dos ó tres veces al año, tal y como ha pasado en el presente ejercicio. La salida al exterior de miles y miles de litros de agua en una cascada que es todo un espectáculo acuático y sonoro, es lo que ha hecho que la fama de este nacimiento fluvial único, se extienda más allá del municipio de Riópar, la comarca de la Sierra del Segura, la provincia de Albacete y la región manchega.  

Con visitas todos los días del año a la Cueva de los  Chorros, lo cierto, no obstante, es que cuando se produce un reventón la afluencia de público es mayor, hasta el punto de que no sólo los visitantes que se dejan caer por la Oficina de Turismo de Riópar duplican la afluencia que pueda darse en una jornada habitual, según informa el primer edil de este municipio, Federico Moreno, sino que igualmente  los restaurantes se llenan y el nivel de ocupación en las casas rurales y otros establecimientos en esos días roza el 100%, según comenta, por su parte, el presidente de la Asociación de Turismo de la Sierra del Segura, Miguel Ángel Martínez.   

Y si, además, se da la circunstancia de que la aparición de este fenómeno se hace coincidir con un fin de semana, la repercusión económica de los Chorros sobre Riópar y su comarca es todavía mayor por varios motivos, empezando por el hecho de que, comenta el empresario de Riópar, Federico  Ballesta,  el tiempo no acompaña pues los reventones son en invierno con una duración máxima de tres días entre la  subida y la bajada.  

«En esos días, dice Ballesta,  no cabe tomarse un refrigerio  a la sombra de un árbol sino que uno tendrá  que irse a un restaurante o a un bar  porque afuera hace frío o llueve. Nuestras dependencias del río Mundo  por regla general nunca están vacías pero si hay un reventón no es que estén llenas, están incluso por encima de su capacidad con idas y venidas continuas.  Un día de reventón pueden bajar a los Chorros entre 5.000 y 7.000 personas y lógicamente, a más visitas, más ingresos. En estos momentos están viniendo del orden de entre cuatro y seis autobuses diarios de lunes a viernes. Ya el fin de semana, se puede llegar hasta los ocho o más, al margen de los vehículos particulares».

De inmediato. Las dos carreteras que te llevan hasta este enclave natural, tanto  la que viene del centro peninsular y como la que te conduce desde el Levante,  pasan obligatoriamente por el casco urbano de Riópar.  Y aunque «hasta no hace mucho tiempo este espectáculo natural pasaba más desapercibido, hoy por hoy, por contra, se puede decir que gracias a las redes sociales a partir del minuto siguiente al  reventón ya están llegando los primeros visitantes»,  explica Martínez. Los visitantes vienen atraídos por lo espectacular del momento  y por el esplendor del paisaje, añade  Moreno.

 Una vez allí disponen de varios aparcamientos, uno de ellos más alejado, en el Puerto de Arenal a 1.300 metros de los Chorros, y otro más próximo con capacidad para un centenar de vehículos; un aparcamiento que, como es conocido, el anterior gobierno municipal puso precio a su uso para una estancia de dos horas como máximo y  coste cero para los vecinos de los municipios que están en el  Parque Natural de los Calares del Mundo. La experiencia, no obstante, cabe recordar que se hizo sólo un fin de semana como experiencia piloto y la idea era reinvertir lo obtenido para mejorar el paraje en términos de vigilancia,  limpieza y control, recuerda Federico Ballesta.

Hoy por hoy, es Geacam la que, en virtud de una encomienda de la Junta,  se hace cargo del parking, aunque desde el Consistorio no se descarta emprender nuevas acciones en relación con el aparcamiento, avanza el primer edil.