Discriminación en la escuela

A.D
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El Museo del Niño acogió la inauguración de la exposición Las niñas buenas, al cielo van (La educación de las niñas en el pasado), que se puede visitar hasta primeros de mayo, con horario de 9 a 14 y de 16,30 a 18 horas (de lunes a jueves).

El recorrido incluye documentos y manuales. - Foto: Arturo Pérez

Juan Peralta comentó a La Tribuna de Albacete que el Museo Pedagógico y del Niño de Castilla-La Mancha ha preparado esta exposición con 18 paneles, «porque es muy importante la igualdad de género y es un tema muy significativo porque tiene que ver con la historia de la educación y la actualidad. Elegimos cómo se educaba a las niñas a través del tiempo porque consecuencia de eso son los hechos actuales, la marginación que se ha dado a la niña, a la mujer, a través del tiempo, en todos los aspectos de la vida».

Recordó Juan Peralta que el museo tiene un espléndido fondo documental, con legislación, manuales, carteras, juguetes, textos  y «lo que mostramos es cómo ha ido evolucionando la educación de las niñas en los siglos XVIII, XIX y XX. Tradicionalmente, las escuelas, siempre eran para niños y la primera Ley de Educación  que se hace en España, de Claudio Moyano, de 1857, contempla que se creen ya escuelas para niñas, antes de eso la educación de las niñas estaba reservada al ámbito doméstico y sobre todo, la alta burguesía acudía a tutores para que educasen a las niñas o instituciones piadosas, como la Iglesia, pero por parte del Estado, no existía la obligatoriedad de esas escuelas de niñas».

A pesar de que fuese obligatoria la enseñanza para mujeres, remarcó Juan Peralta, «eran las propias familias las que consideraban que las niñas no tenían que educarse, quedaban para las tareas domésticas y si trabajaban fuera del hogar era como asistentas».

En cuanto a las materias que se impartían en las escuelas, decía Peralta, «también había separación, básicamente los niños tenían lenguaje, matemáticas y otras materias y las niñas, doctrina cristiana y labores del hogar o economía doméstica y fue ya en tiempo de Romanones, a principios del XX, cuando se igualan las materias, pero siempre quedaban labores, que tenían que hacer las niñas. Fue la segunda república la que acabo con la discriminación de materias y sexos y se establece la coeducación,  por primera vez. Pero la dictadura volverá a separar a niños, niñas y  materias, hasta la Ley General de Educación de 1970, de Villar Palasí».

En la exposición además de juguetes, se pueden ver numerosos manuales y libros de urbanidad para niñas, así como los de economía doméstica, «pero es que incluso, para ser maestra en el siglo XIX se exigía básicamente doctrina cristiana, coser, bordar, cocinar y poco más y la discriminación también se daba en el salario -comentó Juan Peralta- porque una maestra cobraba tres veces menos que un maestro. En los años 60 del siglo XX ya se ven muchos cambios, aunque no obstante, como vemos en la exposición, con textos de la antigua Sección Femenina que dicen que Dios había pensado crear primero al hombre y luego pensó crear a la mujer como algo útil para el hombre, hasta en la propia doctrina cristiana la mujer estaba supeditada al hombre y eso se trasladaba a los manuales, por eso, en esta exposición, en un texto que he preparado digo que lo que vemos ahora es bochornoso, tremendo, pero las cosas en la historia hay que juzgarlas con la visión de aquella época y esa discriminación se daba no sólo aquí, también en otros países de Europa y ejemplos  incluimos en la exposición».

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