La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), acaba de sacarle la tarjeta amarilla a Albacete donde más le duele, en el subsuelo, justo donde se encuentra el acuífero 18, más conocido como el acuífero de La Mancha Oriental.

Así se indica en su último informe de seguimiento de los indicadores de sequía en el ámbito de la CHJ, elaborado con datos actualizados a fecha del 31 de octubre,  y cuyo contenido adelantó la presidenta de la Confederación, durante la última Junta de Gobierno.

El informe clasifica los nueve sistemas y las 34 zonas que componen la demarcación del Júcar de acuerdo a cuatro niveles, que son verde (normalidad), amarillo (prealerta), naranja (alerta) y rojo (emergencia).

De las 34 zonas, 11 están en prealerta y, de ellas, aparece por primera vez la número 23, designada como «recursos subterráneos de la Mancha Oriental» y que se controla mediante un piezómetro situado en Cenizate.

el índicador. Para determinar si una zona está en nivel verde, naranja, amarillo o rojo, la CHJ calcula el conocido como «indicador de sequía». En su elaboración se tienen en cuenta los valores presente, mínimo, máximo y medio de la serie histórica de parámetros como el volumen de agua embalsada, si el punto de control está en un embalse; los niveles piezómetricos, si está sobre un acuífero subterráneo; las aportaciones de los ríos, si está junto a un cauce. Y, por supuesto, la pluviometría.

Lo que establecen estos niveles, para ser precisos, es la probabilidad de que se establezca algún tipo de limitación o, en los casos más extremos, de restricción al uso del agua en la zona que  es objeto de control por la CHJ.

En el caso del nivel amarillo, el valor del indicador de sequía debe estar entre el 0,30 y el 0,49. A fecha del 31 de octubre, el valor que daban los recursos subterráneos de la Mancha Oriental, a la altura de Cenizate, era de 0,41.

En la provincia de Albacete, la CHJ tiene tres puntos de control más, para verificar el estado de otras dos zonas. Los puntos de control se encuentran en Balazote, Alcalá del Júcar y Valdeganga.

El primero controla los recursos fluyentes (superficiales) en los ríos Jardín y Lezuza, mientras que los otros dos  controlan los recursos fluyentes del propio río Júcar.

Y, en el caso de estas dos zonas, y estos tres puntos de control, el informe de seguimiento de los indicadores de sequía dice que están en situación de «normalidad», esto es, en el nivel verde.

Por tanto, la probabilidad de establecer limitaciones al uso del agua aún es baja o muy baja.