La ciudad resiste los efectos de la crisis y los recortes peor que la media

MARCELO ORTEGA
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El 'Atlas de la crisis', un completo estudio elaborado por el Centro de Investigaciones Científicas, subraya la alta vulnerabilidad de la capital albacetense a partir del análisis de datos socioeconómicos entre los años 2006 y 2014

La capital albacetense resiste peor las consecuencias de la crisis económica y de las consiguientes políticas de austeridad. Así de contundentes son las conclusiones del libro Atlas de la Crisis, una completa publicación elaborada desde el Instituto de Economía, Geografía y Demografía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que analiza los datos socioeconómicos de cada población mayor de 20.000 habitantes entre los años 2007 y 2013. Ricardo Méndez es el investigador que ha dirigido al grupo que ha hecho el estudio, donde se mide el «índice de vulnerabilidad» de cada territorio. Albacete capital es de las ciudades con una vulnerabilidad alta.

El director de la investigación, Ricardo Méndez, explica a La Tribuna que el índice que se toma de referencia «no representa la situación actual de las provincias o municipios, sino la intensidad del impacto provocado por la crisis y las políticas de austeridad». Méndez añadía que «en todos los territorios la situación empeoró en estos años, pero de manera desigual». El estudio maneja de manera exhaustiva tres indicadores: uno inmobiliario, en el que se incluyen datos como número de hipotecas, viviendas de renta libre terminadas, precio, ejecuciones hipotecarias... Otro indicador,  el económico, tiene en cuenta los datos de crecimiento del PIB, número de empresas, crecimiento del paro, trabajadores y exportaciones.

VULNERABILIDAD SOCIAL. El tercer indicador, con el que se mide la vulnerabilidad social de los habitantes, se realizó a partir de variables como emancipación de los jóvenes, prestaciones por desempleo, población e inmigración, o movilización social. La explicación de los resultados, en síntesis, es que «las ciudades y provincias del País Vasco son las que mejor han soportado la crisis por su mayor diversidad productiva y esfuerzo innovador, junto a otras del litoral atlántico». De Albacete, el director de la publicación explica que «el impacto de la crisis inmobiliaria y financiera inicial fue moderado, acentuándose a partir de 2010 con las políticas de austeridad: pérdida de empleo en servicios públicos y freno del consumo». En los números de cada índice, Albacete tiene una mayor vulnerabilidad para hacer frente a la crisis, pero donde obtiene peores resultados es en la vulnerabilidad social: si la media nacional es cero, Albacete está 1,2 puntos por encima de esa media. En cuanto al resto de la región, Muñoz señalaba que el peor comportamiento lo tiene Toledo, algo «relacionado sobre todo con los municipios de La Sagra y la Mesa de Ocaña, que albergaron familias jóvenes de ingresos medio-bajos y empleos a menudo precarios, muy afectadas por la crisis, junto a polígonos industriales y logísticos que no llegaron a venderse o con un alto porcentaje de pequeñas empresas que cerraron». Algo similar ocurrió en Guadalajara, mientras que Ciudad Real tiene una situación similar a Albacete. Cuenca, explicaba Muñoz, «tuvo un escaso crecimiento en los años de expansión económica y luego unas pérdidas también moderadas».