La bici prefiere el asfalto al adoquín

MAITE MARTÍNEZ BLANCO
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Los ciclistas solo quieren carril bici en las calles principales de la ciudad y prefieren que en las vías estrechas se opte por calmar el tráfico y poder circular por la calzada junto a los coches

Quienes utilizan la bicicleta como medio de transporte para moverse por la ciudad suelen preferir moverse por la calzada, sin las limitaciones que les impone el carril bici por donde no se puede circular a más de 10 kilómetros por hora y es fácil tropezarse con más de un obstáculo. Eso no quita para que la idea de tejer un buen carril de uso para las bicicletas siga estando sobre la mesa, sobre todo en aquellas calles de tráfico intenso y complicado, como puede ser Circunvalación, y también pensando en aquellos que se inician en esto de moverse a pedales y sienten mayor seguridad al ir por un carril sin coches amenazantes a su lado.

Esta es la filosofía que subyace en el paquete de medidas que la asociación de ciclistas urbanos Curba ha hecho llegar al Ayuntamiento de Albacete de cara a la próxima reunión del grupo de trabajo que se constituirá para el mejor diseño de esta infraestructura.

«No podemos construir un carril bici por toda la ciudad que llegue a la puerta de cada una de nuestras casas», asume el presidente de Curba, Felipe Castillo, pero explica que el colectivo al que le da voz sí que demanda la existencia de una red de carril bici «perfectamente segregada del tráfico motorizado» que organice el tráfico de las bicicletas por las principales calles de la ciudad y en aquellas vías donde por la intensidad del tráfico y la velocidad haya situaciones de peligro.

En las calles más pequeñas, sobre todo las de una sola calzada, entienden que el carril bici «no es prioritario», basta con limitar a 30 kilómetros por hora la velocidad para que coches y bicicletas convivan sin problemas.

Por ejemplo, una de las vías donde entienden sí que debería habilitarse un carril bici es en la carretera de Jaén o a lo largo de la carretera de Valencia, desde la rotonda que hay en la confluencia con la avenida Doctor Francisco Gaspar Huelves con la calle Almansa hasta la plaza Alberto Mateos, «la opción actual de carril bici por la Milagrosa no es equiparable, siendo más larga y peligrosa», argumentan.

<b>A Romica y Campollano.</b> También consideran que habría que construir un carril bici hasta el polígono de Romica, «ahora hay gente que va allí a trabajar por caminos de tierra o por el arcén de la carretera», denuncian, así como mejorar la conexión con Campollano, donde se construyó un «simulacro» de carril bici que da muchos problemas. En Campollano piden que haya carriles bici iluminados de acceso tanto por el puente del Paseo de la Cuba, como por el Camino de Pozo Majano (calle Constantino Romero).

Con lo que no están de acuerdo, recalcan, es con ese afán por hacer carril bici de cualquier manera, aunque sea con «dos líneas pintadas sobre la acera, eso es un peligro para todos». Desde Curba se han hecho eco del riesgo que estos carriles suponen para las personas invidentes que no tienen manera de distinguir el carril bici de la acera, de ahí que se pida una señalización adecuada de estas «aceras bici».

Insisten en que en lugar de buscar hueco a las bicicletas restándoselo al peatón, la premisa debe ser tratar de ganar espacio para viandantes y ciclistas quitándole sitio al coche para así terminar aminorando el tráfico rodado.

«No se trata de bloquear el tráfico, pero sí de ir poco a poco», reflexiona el presidente de Curba. Si el coche va perdiendo espacio, bien sea en carriles de circulación o en estacionamiento, se disuade a más de un vecino de coger el vehículo para moverse por la ciudad y se le anima, o empuja, a desplazarse de un modo más saludable y sostenible. «Desgraciadamente, cada vez se depende más del coche y en cuanto caen dos gotas o por cualquier acontecimiento viene gente de fuera, la ciudad se colapsa».

Para ello, insisten desde Curba, los responsables municipales deben ser «valientes», en lugar de tratar de «buscar la foto» haciendo obras que no son las más adecuadas. Como ejemplo se remiten a la última actuación que se ha realizado en la salida de la carretera de Ayora, «ahí se incumple la Ley de Accesibilidad porque no han estado dispuestos a tirar el carril bici por la calzada».  

En este ánimo de indicar las deficiencias del carril bici actual que podrían ser corregidas, desde Curba han estudiado y asumido como propias una lista de 29 puntos negros que ha elaborado Ganemos. En este inventario de deficiencias se indican desde los tramos de carril bici que son demasiado estrechos, a aquellos donde surgen conflictos con los peatones o que tienen problemas de visibilidad.

El posicionamiento de Curba coincide, en buena medida, con las ideas sobre carril bici que el Colegio de Arquitectos ha hecho llegar al Ayuntamiento de Albacete en su documento de aportaciones al Consejo Social y de Sostenibilidad. Sugieren los arquitectos que en las calles con suficiente anchura, y citan por ejemplo Arquitecto Vandelvira, se construya un carril bici, y que allí donde las vías sean estrechas se opte por «moderar» la velocidad del tráfico y convertir la calzada en una vía de circulación lenta para que coches y bicicletas puedan compartir el espacio sin peligro.