El entrenador del Albacete Balompié, Luis César, podría presentar un once plagado de novedades para intentar reconducir la situación de su equipo, colista a cinco puntos de los puestos de permanencia y que el domingo recibe a uno de los equipos fuertes de la categoría como es el Osasuna.
La gran novedad puede ser la presencia del extremeño Miguel Núñez, que ya tiene el alta médica y por lo tanto está disposición del entrenador. «Estará disponible si lo estimo conveniente», dijo Luis César de Núñez, algo que no decidirá hasta incluso el mismo día del partido. «Ya es alta y veremos, estamos entrenando con él y si la semana pasada no estaba seguro, ahora puedo decir que puede estar». En este sentido, no es descartable que Núñez pueda incluso actuar como lateral izquierdo.
Otra de las novedades puede ser el debut de Jorge Pulido en el centro de la defensa, aunque tampoco quiso desvelar muchos detalles el técnico gallego sobre la alineación que presentará mañana ante el Osasuna. «Pulido tiene más posibilidades que la semana pasada, no voy a decir la alineación, pero tanto Núñez como Pulido tienen más opciones que la semana anterior».
Por lo que respecta a Paredes, lateral zurdo que se encuentra a prueba, Luis César comentó que «lo conozco de sobra, futbolísticamente Paredes no tiene nada que demostrar, lo que queremos comprobar es cómo es su estado físico, sus fuerzas, su mentalidad y ver cómo funciona y las impresiones que tenemos a día de hoy son buenas, pero es un tema que si se concreta es para el 1 de enero».
Críticas. Una de las cosas que más se ha criticado esta semana es cómo defendió el Albacete la falta en la que encajó el primer gol en Huelva, con la defensa metida muy atrás. A esto contestó Luis César que «nos han metido un gol de falta en toda la temporada. La semana anterior el Recreativo marcó en Ponferrada en el minuto 93 por defender más adelante, el problemas es el lanzador y que te equivoques tú, no nos marcaron el gol por estar muy atrás, pasaron muchas cosas, puede que sorprenda que defendamos las faltas tan atrás, pero pongo la defensa en el lugar al que va ir balón y siempre va entre el punto de penalti y el área pequeña y todos van para atrás y los rematadores de cara, creo que no hay un método infalible. Si viese que encajamos muchos goles de falta cambiaría».
Esta semana han aparecido unas pintadas en la Ciudad Deportiva en contra el entrenador y de los jugadores, aunque Luis César no cree que representen el sentir general de la afición. «Entraron dos o tres chicos a hacer la pintada y no creo que representen a la afición, creo que son más importantes los 7.997 socios que no entraron a la Ciudad Deportiva que los tres que lo hicieron», aunque sí dijo entender que existan nervios en la grada. «La afición está intranquila y es normal porque nos ven últimos, vamos a paso de tortuga para rectificar esto».
En este sentido, recordó Luis César que «ya dije públicamente que quiero arreglar esto antes de que acabe la primera vuelta, hace 15 días estaba a siete puntos, ahora estoy a cinco, vamos a ver si dentro de otros 15 estoy a tres, dentro de 30 estoy a uno y dentro de 40 estoy fuera, eso querrá decir que antes de que termine la primera vuelta estaré con los demás. Poco a poco tenemos que ir rebajando esa distancia».
Respaldado. En cuanto a la visita del presidente José Miguel Garrido al vestuario y sus declaraciones posteriores en las que respaldaba contundentemente el trabajo de Luis César, el entrenador aseguró que «el presidente es el primero que quiere que el Albacete se salve porque es el máximo accionista, por eso busca limitaciones y entiende que yo no soy una de ellas, vosotros le preguntáis y él contesta, no da una rueda de prensa para ratificarme. Busca lo mejor para el Albacete».
Si este respaldo por parte de Garrido le permite trabajar con más tranquilidad, Luis César tiene claro que «mi momento más inestable en el Albacete ya lo viví el año pasado y trabajé igual, en la misma línea. Tengo que tener piel de lagarto para todo, cuando las cosas van bien o mal, cuando mis dirigentes me quieren o no tengo que trabajar en la misma línea y buscar lo mejor, aunque prefiero que mis dirigentes me quieran».