En el césped del Martínez Valero habían muchas cosas en juego. Mientras que los franjiverdes aspiraban al bonito sueño de pelear por el ascenso a Primera División al Albacete no le quedaba más remedio que ganar si quería seguir luchando por mantenerse vivo en la categoría de plata.

El último tren de la salvación pasaba por Elche. César Ferrando lo sabía, sus jugadores también. Ganar o morir, así había titulado la batalla durante la semana el jugador Mario Ortíz.

Los manchegos debían saber jugar con la presión de un partido señalado en rojo en el calendario. Tenían que tener nervios de acero y el temple suficiente como para saber reaccionar si se encajaba un golpe. Si el Albacete conseguía ganar el sueño de la salvación podría estar más cerca porque se ubicarían a cinco puntos de la permanencia con algo más de chance en Liga, mientras que el empatar o perder dificultaría en exceso las cosas situándose a ocho puntos del corte.

La máxima era adelantarse pronto y sacarse de encima los nervios iniciales pero el arreón inicial de los visitantes se fue disipando con el paso de los minutos. El Alba se acercaba más pero optaba por disparar desde la frontal sin demasiado peligro, mientras que los franjiverdes tres de las cuatro aproximaciones que tuvieron estuvieron cerca de entrar.

El Albacete no lo tenía ni mucho menos fácil, ya que sumado a la dificultad que conllevaba un partido de estas características estaban las innumerables bajas que arrastraba el conjunto comandado por Ferrando. Hasta siete jugadores habían caído entre lesiones y sanciones, por lo que tuvieron que hilar fino para sacar un equipo sólido capaz de aguantar e ir a por un Elche encaramado en los puestos de play-off y que contaba con más de media vuelta sin perder en el Martínez Valero.

Comenzaron a truncarse las cosas cuando en el minuto 71 de partido un error en el marcaje defensivo propició que Pelayo rematara a placer en el centro del área pequeña un saque de esquina lanzado con maestría. El Elche comenzó a sentirse cómodo con el marcador a favor, pero el Albacete no le perdía la cara al partido y aguantaba bien todos y cada uno de los conatos de ataque de un equipo que se volcó por los costados. Más cuando Álex Moreno entró de refresco.

Cuando los ánimos comenzaban a decaer llegó la expulsión de Mandi en el Elche que insufló vida al equipo manchego. Los de Ferrando dieron varios pasos al frente jugando con un hombre más sobre el césped. En un balón perdido en el área del Elche Víctor Curto encontró el hueco para soltar el zapatazo que terminaría convirtiéndose en el gol del empate en los minutos previos a la finalización del partido.

HÉCTOR. Cuando todas las miradas del Albacete en defensa estaban puestas en Sergio León esta vez el que brilló fue su compañero Héctor. El delantero metió en más de un aprieto a Juan Carlos, que tuvo que emplearse de lo lindo para atajar sus acciones. En el minuto 33, el delantero canario perdonó el primero gol del partido con un remate de cabeza en una posición privilegiada.

Y tras la reanudación llegó la más clara de todas. Un balón muerto en el área manchega propició que Héctor reventara a portería haciendo saltar las astillas al larguero ante el suspiro del meta. Aunque el pichichi, Sergio León, también tuvo las suyas, como un disparo a media vuelta que estuvo cerca de entrar.

El Albacete respondía con entereza las acometidas del Elche. Su juego en la segunda parte comenzó a fluir por los costados con Portu, Jason o Fede Vico, que colgaban buenos centros en la zona caliente.

En el minuto 60 uno de esos balones colgados terminó en un rechace en la frontal del área que terminó en un potente obús de Fede Vico que estuvo cerca de ser gol. Pese a recibir el mazazo del gol de Pelayo en el minuto 71, ocho minutos más tarde los de Ferrando se quedaron con uno más sobre el verde tras la expulsión de Mandi por agresión sobre Víctor Curto, que recibió una amarilla. El técnico del conjunto manchego quemó su último cartucho con la entrada del delantero César Díaz, que cayó a banda en detrimento de Fede Vico.

Antes ya había puesto sobre el césped a Víctor Curto y Adriá Carmona, todo hombres de refresco para una línea delantera  con muy poca presencia dentro del área, pues la mayoría de las acciones de ataque manchego morían en el último pase.

PASO ADELANTE. Con un hombre menos, el Elche se replegó atrás buscando amarrar su corta ventaja. Tanto fue así que Baraja retiró a su delantero estrella, Sergio León, para colocar un central más, Hugo Álvarez. El Alba cogió el balón y empezó a llegar, con mucho corazón, pero poco remate.

En una acción afortunada llegó el gol, pues el remate de Víctor Curto tocó en un defensa y el balón entró mansamente en la portería sin que ni portero ni defensas pudieran evitarlo.

Ya con el empate en el bolsillo, los manchegos se fueron arriba en busca del milagro que les permitiera seguir vivos en Segunda y con los ánimos por las nubes, pero no hubo remates significativos que pusieran en peligro la portería ilicitana. Muy blando se mostró el Albacete a balón parado.

El sumar tan solo un punto hace que todavía las cosas se aprieten más para un Albacete que no tiene margen de error y que tendrán que responder en la próxima final ante el Mallorca.