Roca Rey aprieta los machos a Ponce y 'El Juli'

P.J.G
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El diestro peruano se ganó la puerta grande tras una gran faena al tercero y a Ponce le ayudaron a salir en hombros

La tarde de la sexta de abono era de expectación y la mejor prueba es que se colgó el cartel de ‘no hay billetes’, pero no se cumplió la segunda parte de la frase hecha, ...tarde de decepción, porque hubo de todo, para no aburrirse. Desde las generalizadas broncas de los tendidos cuando saltaron los dos primeros toretes al ruedo, hasta la apoteosis tras la gran faena de Roca Rey al tercero del festejo, sin olvidar la segunda parte de la faena de Enrique Ponce al cuarto bis y al poderoso El Juli ante el quinto del festejo de una descastada de Daniel Ruiz, que pese al resultado triunfalista del festejo, ayer no vivió una de sus mejores tardes en Albacete. Todo ello, con el añadido del vergonzoso aspecto que presentaba el callejón de la plaza de toros, con más gente que el metro en hora punta.

El festejo comenzó con 14 minutos de retraso, porque ya se sabe que en las tardes de lleno mucho público no tiene la suficiente previsión como para acudir con el tiempo suficiente a la plaza de toros. Hasta esa hora no dejó de pasar gente a los tendidos, faltando el respeto a quienes sí fueron puntuales, que protestaron con toda la razón del mundo.

Caliente estaba el tendido, por el retraso y por el sol, pero todavía se calentó más cuando vio aparecer los dos primeros toros, impropios de esta plaza de cuyo nivel tanto presumimos.

La verdad de roca rey. El tercero de Daniel Ruiz fue otra cosa, en presentación y en juego también y como esto de los toros es más variable que el tiempo, el público cambió de actitud y rompió con el peruano tras los lances de recibo a la verónica y con el quite por chicuelinas que realizó en la misma boca de riego. Brindó al respetable, que fue la guinda para romper, aunque no crean que todo fue puesta en escena del peruano, que también hubo toreo, del bueno, variado y con mucha verdad. Con la muleta, cito de lejos para ligar dos ajustados pases cambiados, un derechazo y el de pecho. Después, con la derecha, bajó la mano y ligó en una serie corta, pero muy intensa, a la que le siguió otra en redondo rematada con un pase de pecho interminable. La faena subió de tono al echarse la muleta a la mano izquierda, con templados y hondos naturales. Todo lo tenía encarrilado y su faena fue a más tras un pase cambio, el de pecho y un momento de sosiego, con el cartucho de pescao, para continuar con más naturales de bella factura. Volvió sobre la mano derecha, con enpaque, sitio y la verdad que le acompañó durante toda la faena, para posteriormente rematar en los medios con unas ajustadas bernadinas y otro bueno de pecho. La obra del peruano esta terminada y sólo faltaba la rúbrica, que llegó con una certera estocada que hizo rodar al toro. El tendido se llenó del blanco color y las dos orejas del astado fueron al esportón de un Roca Rey que, además de triunfar acababa de apretar los machos a sus dos compañeros de cartel, Ponce y El Juli.

La segunda faena de Roca Rey, muy decidido desde la larga cambiada de recibo al quite por tafalleras y faroles con el capote, no tuvo la misma intensidad ni profundidad que su anterior. Se sucedieron las series, con más mando a partir del ecuador de su labor, aunque sin tanta profundidad y un desarrollo demasiado largo, tanto que el diestro escuchó un aviso antes de montar la espada para entrar a matar. Pinchó antes de dejar una estocada trasera, con el resultado de palmas para el diestro.

Tocados en el orgullo. Ponce y El Juli, que pasaron con más pena que gloria antes sus primeros enemigos, con la misma reacción por parte de los dos mediadas sus faenas, que no fueron otras que miradas al tendido para justificarse ante el material que tenían enfrente. Se entendería que lo hiciese Sergio Serrano con la de Miura, pero estos dos maestros con los toros elegidos por ellos no tienen ni un pase, casi como los astados.

Ponce salió a sacarse la espina ante el segundo de su lote, el cuarto bis, que saltó al ruedo porque el titular, en una vuelta de campana se partió un pitón y vio el pañuelo verde. ¡Menuda culpa tuvo el animal! El primer sobrero, tuvo tanta nobleza como falta de fuerza y Ponce le realizó una faena de las que llaman de enfermero, pero si porque un toro es blando hay que entender que se pegue media faena con muletazos a media altura y aliviados, definitivamente deberíamos aceptar pulpo como animal de compañía. La segunda parte de la faena fue otra cosa, con más intensidad en sus muletazos y con las ganas de un principiante, incluyendo los muletazos finales clavado de rodillas. La rúbrica llegó con una estocada casi entera y ahí se abrió el período de rebajas de la Feria, tanto desde los tendidos con la petición del segundo trofeo como desde el palco con la concesión.

El Juli, con sus dos compañeros con la puerta grande abierta, no quiso ser menos y realizó una faena de mucho poder a su enemigo. Con muletazos a media altura, pero ajustados, en los compases iniciales, y con mano bajo y más mando según avanzaba la faena que fue a más, tanto en el toreo al natural como con la derecha, donde remató con tres circulares enlazados marca de la casa. Pinchó antes de dejar una estocada y tuvo el premio de una oreja, con petición de la segunda.

La fiebre del callejón. La llega de las figuras al abono también trae un callejón de la plaza de toros demasiado concurrido, con demasiadas personas que no deben estar de acuerdo a la orden que lo regula y con poco control para su cumplimiento, por lo vista, y con el riesgo que supone ese exceso de aforo cuando los astados están en el ruedo... A quien corresponda.