La Diputación de Albacete aprobó sus cuentas del 2015 durante un intenso Pleno

E.F.
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El nuevo presupuesto llega a los 91 millones de euros, que suben hasta los 127 si se suman las previsiones realizadas para los organismos autónomos que dependen de la Corporación

Un momento de la intervención de Berruga en defensa del proyecto de presupuestos para 2015. - Foto: J.M.Esparcia

Para que luego digan que las cifras son un asunto árido. El último presupuesto de la Diputación para este mandato, el de 2015, se aprobó ayer con el voto a favor del PP y el voto en contra del PSOE, tras un enconado debate entre el popular Constantino Berruga y el socialista Ramón García.

El cruce de argumentos llegó a ser tan intenso, que hasta hubo un rapto de sinceridad épica, cuando García, desde el lado de la oposición, resumió sus diferencias de posición con Berruga como un debate «entre la gloria y el infierno» Sus palabras resonaron como un diálogo de Juego de Tronos entre los Lannister y los Stark.

Pero el paralelismo no se quedó ahí. Pues Berruga, en su papel de defensor de los presupuestos, se ciñó de forma literal al lema de la Casa Lannister (esto es, «Un Lannister siempre paga sus deudas») al anunciar que, como parte de las cuentas del 2015, «se lleva a cabo el mayor recorte en el nivel de deuda que nunca se ha registrado en la historia de la Diputación de Albacete».

Según expuso el vicepresidente de la Diputación, el presupuesto «básico» de la Corporación es de 91 millones de euros, que suben hasta los 127 si se suman las cuentas de los organismos autónomos y demás instituciones dependientes de la Diputación y, dentro de estas cuentas, el nivel de deuda suma 39 millones, lo que supone, en palabra del propio Berruga, recortar la deuda que se encontró el PP en 2011 en nada menos que 34 millones de euros.

Y eso, además, manteniendo el nivel de inversión, los programas básicos de la Diputación -Dipualba, POS, los programas de apoyo  a la iniciativa empresarial, los de empleo y los acuerdos con las asociaciones sociosanitarias y asistenciales- e, incluso, incorporando iniciativas completamente nuevas «como la adquisición del Chalet Fontecha  para la instalación, en su sede, del Museo Nacional de Arte Realista, que ya está dando a nuestra provincia y a nuestra ciudad una proyección sin precedentes».

las últimas cifras. Desde las filas del PSOE,   Ramón García se atuvo, por su parte, al lema de la Casa Stark («Se acerca el invierno») pues afirmó, en un tono tan altisonante como el de su adversario político, «que  lo único bueno de estas cuentas es son las últimas que harán ustedes antes de que acabe esta Corporación».

García centró sus críticas en el destino de las cuentas. Esto es, admitió que los presupuestos están «equilibrados», pasó de puntillas sobre el logro de la deuda, pero criticó que «la mayor parte de este esfuerzo sirve a unos fines que poco o nada tienen que ver con el propósito de toda Diputación, que es apoyar a sus Ayuntamientos».

El diputado socialista destacó algunos datos que, a su juicio, corroboraban tal afirmación. «Sólo el cinco por ciento de estos 91 millones, 6,1 millones de euros, son partidas específicas para los Ayuntamientos; los programas de empleo e inversión para municipios sufren recortes de entre el 50% y el 75%, el Dipualba Empleo pasa de 2,7 a 1,7 millones pero, eso sí, tenemos cuatro millones de euros para comprar un chalet», afirmó en alusión a la antigua sede de la Cámara de Comercio.

El problema es que, a partir de esta alusión, se acabó la épica. El debate se torció, y pasó de los argumentos técnicos y económicos  a un cruce de reproches sobre quién apoya, y quién no, la apertura en Albacete del Museo Nacional de Arte Realista en el Chalet Fontecha, de forma que la parte,  una sola partida, se impuso al todo, el conjunto de las cuentas para la recta final del mandato.

Al final, el debate se agotó por sí solo, y se impuso la lógica de la votación. El PP, a favor;el PSOE, en contra, y el presupuesto del 2015, aprobado.