Andrés Gómez-Flores: «Albacete, en los años sombríos, fue la ciudad del miedo»

A. Díaz
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El periodista y escritor albacetense presenta mañana en Librería Popular, a partir de las 19,15 horas, Los años sombríos.

El periodista y escritor albacetense Andrés Gómez-Flores presenta mañana en Librería Popular, a partir de las 19,15 horas, Los años sombríos. Albacete durante el franquismo. El autor estará acompañado por los profesores de historia contemporánea de la Universidad de Castilla-La Mancha, Damián González Madrid y Manuel Ortiz Heras.

¿Cierra con este nuevo libro una trilogía?

Sí, había escrito ya la historia de la Guerra Civil española y la presencia de las Brigadas Internacionales y una parte de la historia de la transición. Quedada un hueco, que dejé para el final porque era demasiado reciente y podía haber problemas para afrontarlo con claridad, pero sabía que tenía que hacerlo porque se trataba de completar esta especie fresco, un homenaje al siglo XX albacetense. Para mí, este libro completa el fresco de nuestro siglo XX, desde la República a la transición.

¿Cómo era ese Albacete?

Hubo constantes, que corroboran la mayoría de los historiadores con los que he podido hablar, la violencia, el miedo y el terror. Todos coinciden en que el franquismo fue una dictadura que a lo largo de todos sus años, unas veces con más suavidad que otras, se sostuvo sobre el pánico y el terror de los ciudadanos. La ciudad de Albacete, en esos años que defino con la metáfora de sombríos, realmente hay un abanico que sustantivos que lo definen mucho mejor, fue la ciudad del miedo, del pánico, del terror, de las venganzas, de la cárcel, de la miseria y todo eso se dio durante los años del franquismo y parece que por una razón especial, y tanto Julián Casanova como Manuel Ortiz Heras, coinciden en señalar una cosa que no es casual, donde más juicios sumarísimos y más fusilamientos hay, donde más sanguinario es el franquismo en todas sus actuaciones es con Madrid, Barcelona, Valencia y Albacete, las cuatro provincias que más se resisten al franquismo, las últimas en caer. Da la impresión que Franco las había distinguido con un tratamiento especial, dejando la ciudad en el más absoluto olvido y la más absoluta miseria.

¿Realmente quedó tan mal?

El día 29 de marzo, cuando el general Gambara con sus tropas italianas entra en Albacete, en menos de 24 horas, las cárceles que estaban llenas de presos del 18 de julio, se vaciaron y se llenaron de republicanos. Eduardo Haro Tecglen cuenta en sus memorias que minutos después que Gambara y sus tropas entrasen en Albacete ya iban por la calle guardias civiles con ciudadanos esposados. Tanto es así, que hubo una aglomeración de presos y se llenó la cárcel de Albacete, la de Hellín, el castillo de Yeste y el penal de Chinchilla, y fue necesario habilitar nuevas prisiones en la plaza de toros y en la bajada de San Vicente. La situación en aquellos momentos es que una parte de los ciudadanos estaba en las cárceles, otra parte, en la clandestinidad y el resto, que había vivido de acuerdo con el franquismo, con falange, empezó a escalar y ocupar posiciones y eso remarcó tremendamente la situación entre unos ciudadanos y otros. Las depuraciones fueron terribles, por no hablar de la sangría de la emigración o la gente pasada por armas. Franco intentó que el terror fuera su arma secreta y realmente lo consiguió.

¿Se suavizó el régimen con el paso de los años?

 De esos 36 años efectivos, se suavizó en la mitad, en los años 50 y 60, cuando hay algunas libertades y planes de desarrollo. La represión se suaviza pero volvió a incrementarse en los últimos años, de una manera descomunal, cuando parece que el franquismo llega a su final, para poner todos los obstáculos posibles a que la gente democrática, antifranquista pueda emerger y la violencia policial se desencadena.

¿Cuántos años de trabajo para Los años sombríos?

 He estado con el libro entre ocho y 10 años. Una parte del trabajo se basó en investigaciones en museos y archivos, como el Archivo Histórico Provincial, donde encontré una mina de información. Utilicé otros, como el Instituto de Estudios Albacetenses o el de la Universidad y trabajé otra fuente de información, los protagonistas, unas veces a través de sus memorias y otras mediante conversación porque desde que ejercía el periodismo venía hablando con todas estas personas, republicanos de izquierdas. Más recientemente he hablado con testigos que, afortunadamente quedan de esa época, entre otros, Ezequiel Sanjosé, que fue en el año 1940, creador de una de las primeras células comunistas de Albacete, el famoso grupo de la calle Tejares. También he hablado con Tomás Bañón Córcoles, correo secreto, con Isabel Escavy, viuda de un médico represaliado, José Beltrán Mateos.

¿No cree que puede ser un libro polémico?

Mira, gente del régimen puede haber y los hay. Desde luego hay descendientes y si se molestan por lo que dice este libro, allá ellos, porque lo que dice Los años sombríos, es todo verdad y está rigurosamente comprobado con datos históricos y archivos. Escribir sobre la historia no es un ajuste de cuentas, quiero que las nuevas generaciones sepan cómo vivieron sus padres y abuelos.