El Teatro Circo acogió la representación de uno de los títulos clásicos de la danza, La bella durmiente, de P.I. Tchaikovsky, a cargo de una de las formaciones más representativas de la escena, Russian National Ballet, con dirección de Sergey Radchenko.

La bella durmiente es un cuento de hadas y ballet estructurado en un prólogo y tres actos, que fue encargado por el director de los Teatros Imperiales, Ivan Vsevolozhsky, en 1888 y se estrenó en 1890. La música fue compuesta por Piotr Ilich Tchaikovsky y en la producción original la coreografía fue creada por Marius Petipa y la escenografía, concebida por Ivan Vsevolozhsky.

 El libreto fue escrito por Ivan Vsevolozhsky y el propio Petipa, que se basaron en el cuento La bella durmiente del bosque, escrito por el francés Charles Perrault.

La fama de este ballet es merecida, ya que se ha convertido en uno de los más famosos del repertorio clásico.

En Albacete, el público disfrutó con esta obra, que contó en su representación con grandes solistas como María Klyueva, Alesandra Kryukova, Konstantin Marykin y Nurlan Kinervaev.

 El director, Sergey Radchenko, dedicó este título tan especial en el repertorio de su compañía, el Russian National Ballet, a la memoria de quien fuera su pareja de baile durante más de 20 años, Mayra Plisétskaya.

Sin duda, grandes referencias para Russian National Ballet, que se fundó en 1989 y se estableció como compañía de ballet gracias a la aportación de empresas privadas. Su funcionamiento está basado en el Teatro Bolshoy debido a que sus directores artísticos Sergei y Elena Radchenko fueron durante más de 25 años los principales bailarines del centro de danza de ballet más famoso del mundo. En concreto, Sergei, fue pareja de la legendaria Maya Plisetsky y Elena, que está graduada por la Saint Petesburg Choreographic Academy, fue estudiante con Dudinsky.