El turrón, ¿por Semana Santa?

MAITE MARTÍNEZ BLANCO
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Los extranjeros de 12 países que se examinaron en la primera prueba de nacionalidad de la capital tenían que saber, entre otras cosas 'españolas', cuándo se come esta pasta navideña o cómo se llama el informativo de TVE

Espinacas, sí, las espinacas son el alimento imprescindible en la Nochebuena de cualquier hogar de Armenia, un país donde no saben que es esa pasta de miel y almendras llamada turrón, típica de la gastronomía española.

A Yerjanik Tadevosyan, un armenio que dejó su país hace 12 años para emigrar a España, le ha dado tiempo a degustar el turrón  y saber que no puede faltar en la Navidad. Menos mal, porque esa es una de las preguntas que le cayó en el examen que debe aprobar para poder acceder a la nacionalidad española.

«Nos han preguntado si el turrón se come en Navidad o en Semana Santa», nos cuenta Yerjanik a la salida de esta prueba que se celebró el pasado jueves por primera vez en Albacete, en la casa de la cultura José Saramago.

Yerjanik es uno de los 15 extranjeros que se examinaron. Además de este armenio, entre los aspirantes había personas procedentes de Polonia, Rusia, Paraguay, Bolivia, Senegal, Argentina, Perú y Honduras, junto con tres marroquíes y otros tres dominicanos. Dos chicas de Colombia que estaban matriculadas no se presentaron a última hora.

Yerjanik no vive en nuestra provincia, vino de Valencia, ciudad en la que se estableció con 17 años, «allí no hacían la prueba este mes y me quería examinar ya», nos cuenta justificando su desplazamiento a Albacete. Confiesa que pedir la nacionalidad española es un paso que le ha costado dar, porque tendrá que renunciar a la nacionalidad de Armenia, «son mis raíces, pertenezco a un país con historia, cuna del cristianismo, pero tengo pensado hacer mi vida aquí, en España».

Examen difícil. Yerjanik estudió un ciclo de formación profesional de Comercio  y Marketing en la capital del Turia, donde llegó junto a su familia. «Para mí, que he estudiado aquí y llevo mucho tiempo, el examen no me ha resultado muy difícil, pero para gente que tenga más edad sí que tiene cierta dificultad», aseguraba este armenio a la salida de la prueba que dio comienzo a las seis de la tarde. Quizás estaba pensando en sus padres que en breve pasarán por el mismo trance que él.

Entre las cuestiones que Yerjanik recordaba a la salida de la prueba, pues el examen no se puede sacar de la sala, había una relativa a Federico García Lorca, «la pregunta era si es un cantante, un escritor o un actor», y alguna otra sobre la Constitución Española, «nos decían qué relación tiene el 12 de octubre con la Constitución».

Aunque el Instituto Cervantes concede 45 minutos para poder contestar 25 cuestiones de un test, ninguno de los extranjeros que se examinó aquí necesitó más de media hora. «El récord, nos han dicho en Madrid, lo tiene un chico que la hizo en tres minutos», destacó Marisa Sanabria, la coordinadora de esta prueba en Albacete.

repetir. El Instituto Cervantes es la entidad que convoca la prueba de nacionalidad que se celebra en distintas ciudades del país cada último jueves de mes, con la ayuda de entidades colaboradoras como la Universidad Popular. El examen es el mismo para todo el país, viene hecho por el Instituto Cervantes y es remitido a Madrid para que se corrija allí mismo. Los aspirantes conocerán el resultado en unos 20 días. La tasa de 85 euros que tienen que pagar por hacer la prueba, les da derecho, de acuerdo con la normativa, a volverse a presentar de forma gratuita una vez más en caso de suspender. Tienen año y medio para afrontar esa segunda oportunidad.

La exigencia de aprobar este examen como requisito previo para acceder a la nacionalidad española viene dada con al reforma del Registro Civil, que entró en vigor el pasado mes de octubre. Antes de este cambio legal, eran los jueces quienes debían acreditar si existía, o no, adaptación cultural e integración del extranjero que quería nacionalizarse. Justicia decidió crear este examen común para todo el país, para evitar la discrecionalidad que se venía produciendo en los registros civiles, pues en cada uno se formulaban unas preguntas diferentes para evaluar a los candidatos con resultados más que polémicos. Como aquel caso en el que se negó la nacionalidad a un extranjero que no supo decir el nombre de un determinado famoso.

El examen diseñado por el Instituto Cervantes consta, como decimos, de 25 preguntas de las que hay que contestar correctamente 15 para aprobar. El 60% son cuestiones relativas a la Constitución Española y el resto versan sobre cultura, historia y sociedad. De todas maneras, ya lo dijo el escritor Herbert George Wells: «Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad».