Una plaga que nos sobrevuela

NANI GARCÍA
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La superpoblación de palomas es un problema difícil de manejar, pero muchas ciudades decidieron ponerse manos a la obra para reducir el censo de estas aves que generan numerosos inconvenientes

Las palomas son una plaga difícil de manejar y la superpoblación se ha convertido en un problema para numerosas ciudades de la geografía, algunas de las cuales han decidido intervenir para dar una solución.

Para muchos, las ratas del aire, para otros, símbolo de la paz, generan numerosos inconvenientes, tales como ruido, deterioro de edificios y mobiliario urbano y suciedad, hasta tal punto que, en algunas zonas, no es posible ni siquiera tender la ropa al aire libre.

En ciudades como Vitoria llevan trabajando desde hace años para acabar con la superpoblación de estas aves. En concreto, esta ciudad realiza un estudio de control de los edificios abandonados públicos y privados, que se cierran y vigilan para que no vuelvan a anidar las palomas. En los públicos, es el Ayuntamiento el que actúa y, en los privados, deben ser los propietarios, que si no lo hacen se pueden encontrar con una multa y con la ejecución subsidiaria que les obliga después a afrontar los gastos.

Alcázar de San Juan, Valencia y Madrid también están trabajando en edificios antiguos para acabar con el problema.

Otra de las acciones que se lleva a cabo tiene que ver con la instalación de palomares ecológicos, medida que consiste en colocar nidales para poder controlar y alimentar a las aves con pienso ecológico. Esta propuesta ya se está desarrollando en varias ciudades europeas de Francia e Italia.

Por ahora, en Albacete, el Ayuntamiento de la ciudad realizó un diagnóstico para conocer el censo de palomas, que determinó que existen más de 1.000 ejemplares por kilómetro cuadrado, entre 6.000 y 8.000 en la ciudad. Además, ha incluido en el contrato de conservación y mantenimiento de zonas verdes y espacios naturales -todavía sin adjudicar-, el control de la avifauna para poner coto a la superpoblación de palomas y ha instalado nidos de halcón peregrino en diferentes edificios públicos, como los hospitales de la ciudad, para atajar el problema.

No obstante, hay colectivos y grupos políticos que consideran «insuficientes» estas medidas del Ayuntamiento, al que piden un plan específico para acabar con el problema de una vez por todas.