'22 años juntos' se hace cine

ANA MARTÍNEZ
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En un cortometraje de 15 minutos, el cineasta albacetense ha tenido que adaptar el texto de Rosa Cantero con el que quiere hacer reflexionar sobre las trampas del amor romántico

¿Qué es el amor? Acaso la felicidad más absoluta. Quizá una condena. El cariño en forma de carne. O más bien un tormento… Cuatro mujeres que en realidad no lo son, cuatro historias de amor con diferentes texturas, con sus mentiras y sus verdades, con sus realidades a veces demasiado oscuras.

El fotógrafo albacetense Carlos Escolástico asistió al estreno de la obra de teatro 22 años juntos, de Rosa Fernández Cantero, y decidió llevarla al cine reconvertida en Amor, amor, amor, su ópera prima en forma de corto en la que el joven director plantea su propia visión del texto: el amor romántico que se vende a las mujeres y que tanto daño nos hace. «La obra reflexiona sobre cómo a menudo la idea del amor está en la base del sometimiento del ser humano», escriben en nota de prensa.

Al igual que ocurre en 22 años juntos, que la compañía Teatro Thales estrenó hace ya cuatro años, tres mujeres coinciden de madrugada en la sala de urgencias de un hospital. Las tres han perdido a sus supuestos maridos, fallecidos en accidente de tráfico. El inesperado encuentro les sirve para compartir sus puntos de vista sobre lo que es el amor para cada una de ellas, mientras una atareada enfermera intenta mantener la calma en la sala. La diferencia entre 22 años juntos y Amor, amor, amor, además del abordaje del texto, es su duración. Mientras la primera permanece en escena durante hora y cuarto, aproximadamente, el corto de Escolástico se ha quedado en 15 minutos, lo que le ha obligado a abreviar considerablemente el texto de Cantero. «Me ha costado mucho ser objetiva», confiesa la autora de esta obra dramática que se exhibirá en la gran pantalla a través de los circuitos profesionales dedicados a los cortometrajes.

Rosa Cantero ha colaborado en todo el proceso, de hecho, figura no sólo como actriz, sino también como productora. En la adaptación del guión, «Carlos tenía su idea en la cabeza, empezamos a hacerlo juntos, pero a mí me faltaban cosas y a él le sobraba tiempo», explica la directora teatral, que finalmente entendió que Amor, amor, amor «es la historia de Carlos, no la mía, una historia que cuenta una pequeña parte de mi obra».