Así también vale (1-0)

Juan Carrizo
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El Albacete, que no jugó bien, lo tuvo todo en contra pero sumó tres puntos muy valiosos

El Albacete sacó petróleo en un partido en el que lo tuvo casi todo en contra y en el que ganó al final con una jugada de lujo de Samu y el gol de Jona ante un ramplón Elche que todavía se estará preguntando como no fue capaz de llevare ayer la victoria del Belmonte.

Y es que el Alba jugó mal, muy mal, pero sacó la casta cuando fue expulsado Miguel Núñez al poco de comenzar la segunda parte y con una gran sobriedad defensiva, con Gonzalo impresionante, aguantó las acometidas de un rival que defraudó y supo aprovechar prácticamente la única ocasión que tuvo en todo el partido.

Luis César revolucionó el equipo titular con numerosos cambios. Por una lado dejó fuera a Pulido y Agus para dar entrada a Gonzalo y Núñez en el centro de la defensa. El puesto del extremeño en el centro del campo fue cubierto con Diego Benito, mientras que arriba jugaron César Díaz, Portu y Samu, con Rubén Cruz en la punta de ataque.

Lo único que funcionó bien fue la defensa, porque el centro del campo no apareció y arriba apenas llegó ningún balón en condiciones. La primera parte empezó bien, pero en apenas 10 minutos el Alba se había diluido ante un Elche que pasó a dominar el balón pero que apenas generó ocasiones. Las dos únicas llegadas con peligro fueron un disparo de Álvaro,  a la media hora, que Paredes envió a córner cuando Juan Carlos parecía batido, y el segundo en el minuto 40 cuando Antoñito se lesionó y Álex Moreno aprovechó la ausencia del lateral para entrar por su banda y lanzar un duro disparo que atajó bien colocado Juan Carlos.

Minutos antes, tras una falta lateral y el remate de cabeza de un jugador ilicitano, el balón golpeó en la mano de Gonzalo en su despeje, pero el colegiado o no lo vio o no quiso saber nada.

La primera parte terminaba con la referida lesión de Antoñito, la enésima muscular que sufre el equipo de Luis César, y la sensación de que mucho tendrían que cambiar las cosas en un Albacete espeso y sin conexión ninguna entre sus líneas.

EXPULSIÓN. Nada más comenzar la segunda parte llegó un mazazo en forma de expulsión. Miguel Núñez veía de forma totalmente injusta la segunda cartulina amarilla al fingir el jugador ilicitano que el extremeño le había golpeado con el codo. Era su segunda cartulina amarilla y el Alba se quedaba con 10.

Pero como el fútbol es caprichoso, el Albacete mejoró al colocar dos líneas de cuatro y dejar sólo arriba a Rubén Cruz. El Elche, en superioridad, no supo como meterle mano a un conjunto local muy bien plantado, en el que Pulido había entrado para reforzar la defensa por un Diego Benito que, sinceramente, había pasado prácticamente inadvertido en el tiempo que había permanecido sobre el terreno de juego, por mucho que el respetable silbara la decisión de Luis César.

El partido entró en una fase de muchos parones y juego deslavazado, que facilitaba las cosas al Albacete ya que el Elche no terminaba de aprovechar su superioridad numérica, que no en el juego.

Primero se produjo un fuerte choque de cabezas entre Córcoles y Álex Moreno y poco después otro entre Edu Ramos y Pelayo que calentó todavía un poco más a la grada. La acción se produjo en el minuto 75 y el Alba estuvo con nueve más de cinco minutos porque el colegiado no dejó jugar a Edu Ramos con un gorro y hubo que esperar hasta que el juego se parase para que el jugador pudiera reintegrarse al partido.

Tal fue el revuelo que hasta Cano, el entrenador de porteros del Albacete, acabó expulsado.

El partido parecía camino del 0-0 porque el Albacete bastante hacía con defender su portería mientras que el Elche intentaba aprovechar su dominio pero en ningún momento había logrado poner en apuros a Juan Carlos por el gran trabajo defensivo local, especialmente de Gonzalo.

Y llegó el minuto 84 y la jugada de lujo de Samu, totalmente desapercibido en el partido y que, tras recibir el balón de un saque de banda, se sacó de la chistera una jugada de autentico crack para realizar un centró con tanta fuerza  que Jona sólo tuvo que meter la rodilla para que la pelota se introdujera en la portería de un sorprendido Javi Jiménez.

El delirio llegada a un Carlos Belmonte que unos minutos después se levantaba de sus asientos cuando César Díaz tuvo la sentencia en un rápido contragolpe en el que sólo tenía que levantar el balón ante la desesperada salida del portero, pero la pelota se iba fuera.

Cinco minutos de descuento, que al final fueron seis, agrandaron la impotencia de un Elche con buenos jugadores pero carente de mordiente ofensiva.

El pitido final significó la necesaria victoria del Albacete en un partido que fue malo, pero del que al final sólo quedará el recuerdo de la jugada de Samu y de los tres valiosos puntos.