El director general del Observatorio Español del Mercado del Vino, Rafael del Rey, asegura que «hay posibilidades de crecer en valor en el mundo de los graneles y eso es un gran reto para España». Así lo afirmó a La Tribuna en el marco de la celebración en Ámsterdam de la World Bulk Wine Exhibition. En este sentido, apuntó a «las calidades que se necesitan en los distintos mercados y particularmente en mercados que están dispuestos a pagar más por mejores calidades. Hay que saber cuáles son esos mercados y saber llegar a ellos», sentenció el responsable de este observatorio nacional.

No obstante, indicó que, aunque el mercado del vino a granel «tiene un futuro prometedor», hay que hacer «cambios» y llevarlos a cabo «sin olvidar que uno de los objetivos para España es incrementar el mundo de los envasados».

En cuanto a la feria, destacó su consolidación por el número de ediciones que ya alcanza (es la séptima), pero también por su internacionalización, puesto que señaló la importancia que tiene crecer no sólo en el número de expositores (más de 200 de 20 países), sino también en compradores, para tener así una buena ratio. Para Rafael del Rey, «el sector del vino en general y en concreto el comercio internacional va bastante bien», puesto que ha sabido remontar de la bajada del consumo que se produjo en el año 2009, como consecuencia también de la crisis económica.

«El vino a granel va ganando terreno y es algo que debemos ver con mucho cuidado para aprovechar las tendencias», añadió el director del Observatorio del Vino haciendo especial énfasis en los precios que afectan a este tipo de caldos. «Es un mercado extraordinariamente dependiente del precio y varía mucho en función de la oferta y la demanda, que a su vez, depende de las producciones de los principales productores y de las necesidades de compra de los principales compradores», dijo.

Además, subrayó el papel que juega España, con producciones que han variado desde el año 2012, con una cosecha muy corta, a la de 2013, que fue de récord, si bien en los últimos años se ha estabilizado. «Cuando a España le sobra vino, saca mucho al mercado y los precios caen y cuando a España le falta vino, hay mucha menos oferta y los precios suben», comentó.

Para corregir estas situaciones, Del Rey incidió en la necesidad de «equilibrar las producciones», con mecanismos para controlar la calidad y la cantidad, y analizar mucho qué se produce y cómo. «No podemos pagar sólo por kilos ni por kilogrados. Es una cosa que tiene que cambiar», sentenció.