Los caminos del Levante duplican sus peregrinos

A. M.
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Se calcula que alrededor de 500 caminantes han pasado por los albergues en el primer semestre

Los caminos del Sureste y de la Lana son los más utilizados por los peregrinos del Levante. - Foto: Joaquín Requena

Que todos los caminos conducen a Roma es como decir que, en España, todos los caminos conducen a Santiago de Compostela. Muchas de las antiguas vías de comunicación que atraviesan la provincia de Albacete procedentes de tierras valencianas, alicantinas y murcianas, conforman un compleja red terrestre que, a modo de plano de metro, se cruzan entre sí y van hasta cambiando de denominación.

Si se tiene en cuenta los diferentes orígenes, la provincia de Albacete cuenta con cinco rutas jacobeas que atraviesan más de 500 kilómetros. Caminos que entran procedentes de Lorca, Cartagena, Murcia, Alicante y Valencia, algunos de los cuales confluyen en Caudete, en Almansa, en Alpera y en Chinchilla.

De entre todos ellos, el Camino del Levante que viene de Valencia, pasando por Fuente la Higuera dirección Almansa, es uno de los más utilizados por los peregrinos.

Así lo explica el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Albacete, Pedro Antonio Serrano, quien especifica que como Camino del Sureste se conoce al trayecto que une Alicante con Caudete, localidad que se presenta como vía de entrada del Camino de Santiago en esta provincia y como cruce de las rutas jacobeas del sureste peninsular, pues hasta esta localidad también se llega desde la Ruta de la Lana que procede de la provincia de Alicante.

Es en Caudete donde confluye el Camino de Sureste y el de La Lana. Si el peregrino ha decidido realizar este último, deberá continuar hacia Almansa, Alpera, Alatoz, Alcalá del Júcar, Casas Ibáñez y Villamalea, con destino a Cuenca y Burgos; si, por el contrario, ha optado por seguir por el Camino del Sureste, deberá dirigirse hacia Montealegre del Castillo, Pétrola y Chinchilla.

No obstante, según las asociaciones jacobeas consultas por este diario, el Camino de Levante es, hoy por hoy, el que más peregrinos atrae a esta provincia, caminantes que entran a Almansa por Fuente la Higuera y prosiguen por Higueruela y Hoya Gonzalo hasta alcanzar Chinchilla, donde Camino de Levante y Camino del Sureste se unifican en una sola ruta que continúa por Albacete capital, La Gineta, La Roda y Minaya.

La tercera alternativa se conoce como Camino del Azahar, una vereda que nace en Murcia y que en Jumilla ofrece dos alternativas: caminar hacia Yecla y Almansa para coger ahí el Camino del Levante o el Camino de la Lana; o girar hacia Fuenteálamo y Pétrola, para unirse ahí al Camino del Sureste.

La peculiaridad de estos cuatro caminos -Levante, Sureste, La Lana y Azahar- es que, en una u otra localidad, todos ofrecen la posibilidad de pasar por Chinchilla de Montearagón, Albacete capital y continuar hacia La Gineta y La Roda, donde la Asociación de Amigos del Camino de Santiago gestiona un albergue por el que este año ya han pasado más de 200 peregrinos, una cantidad que lo convierte en la infraestructura con más número de usuarios de toda la provincia.

Ubicado en la enfermería de la plaza de toros de La Roda, este albergue acoge a peregrinos procedentes de Valencia, Alicante y Murcia: «A excepción de los que eligen el Camino de la Lana, por aquí pasan prácticamente todos los caminantes que cruzan esta provincia», asegura María del Señor Avendaño, miembro de la asociación rodense, quien recuerda también el Camino del Alba, procedente de Javea.

Avendaño asegura que este año se ha notado «mucho» el aumento de senderistas, hasta el punto de que «este verano hemos tenido días sin descanso; incluso hemos recibido a gente que viene del extranjero adrede porque alguien les ha recomendado el albergue de La Roda».

La singularidad del peregrino que cruza esta llanura reside en su experiencia, personas que han realizado en numerosas ocasiones otros caminos más tradicionales, como el Francés, y que deciden probar con otras rutas menos masificadas y desconocidas. Esta circunstancia, junto con el impulso que se le está dando a la divulgación de dípticos, mapas y alojamientos desde las asociaciones jacobeas de la provincia, están originando un crecimiento continuo de caminantes. De hecho, se calcula que se han duplicado en el primer semestre de 2014 con respecto al mismo periodo de 2013, llegando a alcanzar los 500 caminantes, según las estimaciones de Pedro Antonio Serrano.

Su perfil responde a un viajero en edad adulta, experto en los caminos jacobeos, que escoge realizar una ruta poco transitada, cercana a sus hogares, para así conocer nuevos paisajes y un patrimonio histórico-artístico-cultural diferente.

Los caminos del Levante y Sureste y el de la Lana están adquiriendo tal renombre que aunque la provincia albacetense está preparada para acogerlos, los albergues «se están quedando pequeños» porque no están preparados para dar la bienvenida a más de cinco o seis peregrinos por noche, asegura Pedro Antonio Serrano. En la actualidad, nueve localidades cuentan con albergue: Caudete, Montealegre del Castillo, Pétrola, La Roda, Higueruela, Hoya Gonzalo, Alpera, Alatoz y Casas Ibáñez. Además, otros municipios como Alcalá del Júcar, Villamalea y La Gineta disponen de instalaciones municipales donde se da acogida a estos ruteros.

Albacete capital, Chinchilla y Almansa son las únicas de la ruta del Sureste que no cuentan con albergue para caminantes, una circunstancia que lamentan las asociaciones jacobeas, máxime si se tiene en cuenta que se trata de tres de los municipios más importantes de esta provincia. Serrano matiza que en la capital se ofrecen dos plazas en el albergue municipal, instalación poco adecuada para los peregrinos, que requieren de una infraestructura diferente que tenga un trato más personal y cercano.

En el mismo sentido se expresa el presidente de la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago del Sureste de Caudete, Joaquín Requena, quien considera «una lástima» que en la capital no haya un albergue para el peregrino:«No cuesta tanto tener un sitio gestionado por una asociación», asegura.

Pone el ejemplo del albergue de peregrinos Santa Ana de Caudete, por donde han pasado casi 80 personas en el primer semestre de este año, el doble que en el mismo periodo del año pasado. Un albergue gestionado por la asociación, que ofrece al caminante todo tipo de servicios desde sala de estar, cocina, microondas, fregadero, un frigorífico lleno de refrescos hasta baño con agua caliente. En su primera planta, dispone de 10 plazas en literas y cuatro taquillas. Para garantizar su mantenimiento, cada usuario paga un donativo de cinco euros. El albergue de Santa Ana de Caudete consistió en una cesión del Obispado a la citada asociación, que se encargó de reformarlo y ahora de gestionarlo.

Por su parte, el albergue de Alatoz, dirigido directamente por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Albacete, ya ha contabilizado a su peregrino número 82 -frente a los 89 que pasaron durante todo el año 2013-, aunque «posiblemente sean más, porque los que van en bicicleta no se quedan aquí», matiza Pedro Antonio Serrano.

Tanto Requena como Serrano dicen no entender cómo en una ciudad como la de Albacete sigue sin señalizarse el Camino del Sureste, desde que se entra por Chinchilla hasta que se sale en dirección a La Gineta:«Seguir la ruta en la capital es un caos», dice el presidente caudetano, mientras que Serrano confirma que las asociaciones jacobeas están pendientes de que el Ayuntamiento albacetense se decida ya a señalizar un itinerario urbano que ya está pactado: «En cuando nos lo diga, estamos dispuestos hasta facilitarles la señalización».

Las asociaciones de los Caminos de Santiago que se están encargando de promover estas rutas y su explotación en la provincia, dicen no entender cómo en determinadas localidades, las autoridades no comprenden la repercusión económica que tienen estos caminos, la riqueza que aportan los peregrinos y la divulgación gratuita del patrimonio histórico-artístico. De hecho, este año ya han pasado peregrinos de 30 países diferentes. Por ello proponen adecuar albergues en todas las localidades por las que discurren las diferentes rutas e impulsar la instalación y mantenimiento de la señalización jacobea.