¿Por qué ese título?

Los tonos de mi pintura siguen siendo oscuros, buscando ese misterio que hay en las sombras y planteo cosas profundas. El juego de las tres y dos dimensiones en el mismo plano, por ejemplo, con elementos aparentemente surrealistas, pero que intentan hacer preguntas al espectador, pero para que no haya una sola respuesta.

¿Por qué esos detalles?

Mi pintura sigue caminos poéticos, atmosféricos, más que narrativos, con personajes que evocan. 

Estos cuadros  están pintados con mucho tiempo, llevan mucha reflexión, lo que pasa es que luego se ven en unos segundos. En esos segundos, tengo que sintetizar lo máximo para que al espectador le llame la atención. Ese algo puede ser un color, un personaje. 

¿Cuántas piezas?

Son 65 obras, casi todo gran formato algún mediano y pequeño. Pienso que la pintura se expresa mejor en  gran  formato, el escenario es más grande y hay más posibilidades de juego y expresión. 

¿En qué temas se fija para esa reflexión en óleo sobre lienzo en este caso?

Siempre parto de interior o exterior, me gustan ambos mucho. Mi pintura no es complaciente ni decorativa,  aunque parezca una contradicción, porque yo vivo de esto y tengo que vender, pero la verdad es que odio tres tipos de pintura.  

¿Qué tres tipos?

En primer lugar la decorativa, luego la que tiene solo valor de como técnica, y en tercer lugar, la que se plantea como una tesis intelectual, donde  solamente parece que hay cuatro listos que la entienden. 

Huyo de esos tres tipos de pintura e intento hacer una obra personal, muy poética, que va a las emocione. Mas que a la razón, hablo a las emociones del que mira.  Las emociones, no se pueden explicar y aunque las expliques da igual. Tiendo a buscar esa emoción en el espectador, no me interesa una tesis doctoral en pintura, ni pretendo descubrir un nuevo lenguaje, es mi propio lenguaje, hablo desde una posición íntima. 

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