Desmantelan a la banda que usaba un pub para vender su cocaína

E. REAL
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La Policía Nacional ha detenido a ocho personas, dos mujeres y seis hombres, residentes en la capital, y ha desarticulado el laboratorio que utilizaban, que estaba en un trastero

El subdelegado del Gobierno, junto al comisario provincial, dio los detalles de la operación. - Foto: A. PÉREZ

Dos batallas ganadas contra el tráfico de drogas en la capital en dos días seguidos. Tras conocerse la detención, este martes, de cuatro personas (aunque una quedó en libertad en el juzgado) que se dedicaban al tráfico de drogas, que adulteraban la cocaína en un laboratorio clandestino que tenían y que aprovechaban un restaurante en Campollano como tapadera, ayer, el subdelegado del Gobierno, Federico Pozuelo, y el comisario provincial de Policía Nacional, José Francisco Roldán, ofrecieron los detalles de una nueva operación, de mayor envergadura.

Nada más levantarse el secreto sumarial, que se produjo el día anterior, Pozuelo informó de la detención de ocho personas, dos mujeres y seis hombres, todos españoles (menos una de las mujeres, de nacionalidad paraguaya), que se produjo hace 15 días. Ahora, cinco de ellos están en la cárcel.

A TODO LUJO. El cabecilla de la banda regentaba en la capital un pub del centro y una cafetería en la zona de la Facultad de Medicina, y, lejos de aplacar sospechas sobre su actividad ilícita, «mostraba un nivel de vida muy alto, con descaro total», afirmó el subdelegado, hecho que hizo aumentar las sospechas sobre él, que venían «de varios años atrás». Tanto es así que, entre lo incautado en los cinco registros realizados, se encuentran tres coches de alta gama y de lujo, uno de ellos, de la exclusiva marca Maserati. Lo «vital» para proceder a las detenciones, después de una investigación policial que se ha prolongado durante «varios meses», fue descubrir el laboratorio clandestino, en el que trataban las sustancias estupefacientes, principalmente la cocaína, «para lograr más cantidad y más beneficio económico».

Este lugar de tratamiento lo localizaron «en un trastero», uno de los cinco registros, junto con el pub de copas y la cafetería del cabecilla, un chalet y un domicilio particular de un colaborador.

La desarticulada banda traía la droga «en grandes cantidades» desde varios puntos de España, «como Cataluña». Aquí la trataban, la adulteraban, y la vendían, pero, además, «se distribuía a otros sitios de España».