Han pasado ya cinco años desde que el Centro Joven y la Ludoteca de la localidad se propusieron recuperar el entierro de la sardina, una tradición con la que se daba por terminado el Carnaval y que en Tarazona prácticamente se había perdido. El objetivo era que quienes estuviesen interesados en mantener esta tradición participasen en un desfile organizado, en lugar de que pequeños grupos sin coordinación entre sí recorrieran, cada uno a su libre albedrío, las calles del municipio despidiéndose del Carnaval. Desde entonces, cada año ha ido aumentando el número de participantes en este desfile. Ayer fue sin duda el entierro de la sardina más numeroso desde que se puso en práctica esta iniciativa.
La comitiva fúnebre partió de la puerta del Centro Joven, donde antes se había servido una chocolatada a todos los participantes, llegó a la Plaza Mayor y de nuevo regresó al punto de partida. A lo largo del recorrido los acompañó la Banda Juvenil, que animó el desfile con su música.

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