El pedrisco se convierte en el rey de los daños en el campo

Javier D. Bazaga
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Con 90.000 hectáreas afectadas, es el fenómeno climático con mayor incidencia en la comunidad, afectando especialmente a los cultivos de ajo, viñas y herbáceos

Han sido cerca de 280.000 hectáreas las que se han visto afectadas hasta el mes de octubre en Castilla-La Mancha por los fenómenos climáticos. Hectáreas que han sufrido incidencias de diversa consideración donde el pedrisco se ha hecho con el trono de los daños, con un total de 90.000 hectáreas afectadas por este fenómeno.

Son los últimos datos recogidos por Agroseguro, compañía de referencia en el territorio nacional, que ha estimado unas indemnizaciones por valor de 89,5 millones de euros para todo el territorio regional.

En este sentido, y por importe, el cultivo más dañado ha sido el ajo con unas 11.000 hectáreas afectadas, es decir, un 60 por ciento de la superficie contratada, por las que la aseguradora ha tenido que pagar indemnizaciones por valor de 30 millones de euros.

«La causa fueron las importantes lluvias de finales de mayo y del mes de junio que, en el momento del arranque del ajo, afectó con hongos», lo que hizo perder calidad a los cultivos, explicó a este diario José Bernardo Rodríguez, director territorial de Agroseguro en Castilla-La Mancha.

En cuanto a la uva de vinificación se vieron afectadas cerca de 60.000 hectáreas, lo que ha supuesto unos 24 millones de euros de indemnizaciones. En este caso, además de haber sido un año «especialmente prolífico en tormentas», sobre todo en la zona de Cuenca, estuvieron muy presentes las heladas del mes de abril.

Los herbáceos con los cereales, las leguminosas, el girasol y el cártamo también sufrieron estas incidencias de manera relevante con unas 180.000 hectáreas afectadas y alrededor de 9,5 millones de euros de indemnización.

De esta forma, «se lleva la palma el pedrisco» afirmó Rodríguez, con unas 90.000 hectáreas afectadas. En cuanto al volumen de indemnizaciones «vamos camino de récord» indicó, poniendo el acento en que «aún nos quedan dos meses de ejercicio en los que puede ocurrir cualquier cosa». De hecho, hasta el mes de septiembre, «es el año con mayor indemnización», confirmó.

Cronológicamente, cabe destacar la madrugada del día 1 de mayo cuando se produjo una entrada de aire frío procedente del norte que provocó el desplome de las temperaturas tanto diurnas como, muy especialmente, nocturnas, lo que ocasionó daños por helada en las producciones de uva de vinificación especialmente en Castilla-La Mancha (25.000 hectáreas).

Desde el inicio de la primavera, tanto en marzo como en abril se repitieron las tormentas acompañadas de granizo, que causaron daños a numerosas producciones agrícolas, lo que constituye una situación normal en esta estación. Pero a lo largo del mes de mayo se produjo tal reiteración de fenómenos tormentosos que la situación meteorológica pudo calificarse de claramente anormal. Los pedriscos continuaron en el mes de junio, especialmente en su primera decena, agravando los daños en numerosas zonas y producciones agrícolas. Los más importantes se concentraron en Extremadura, Castilla-La Mancha y la región de Murcia.

En conjunto, a nivel nacional la superficie agrícola siniestrada a la fecha es de 1.296.994 Ha, siendo frutales, cítricos, hortalizas, fresón y frutos rojos, plátanos, caqui, uva de vino, cereales y uva de mesa, los cultivos más afectados. Las indemnizaciones estimadas por Agroseguro a 30 de septiembre de 2018 superan los 655 millones de euros.

No obstante, José Bernardo Rodríguez observó una mayor contratación en las diferentes líneas de seguro agrario, aunque distingue unos cultivos de otros. «El año pasado hubo un aumento en herbáceos, y también en ajo y otras hortalizas, pero en otras líneas el incremento es más lento porque hay una mayor implantación, como en la viña», recalcó.

«El seguro agrario se va afianzando en función del conocimiento», asegura, y en que «cada vez en la agricultura los capitales en riesgo son más elevados». «El agricultor no puede pasarse el día mirando al cielo y jugarse la viabilidad de su explotación», por lo que cada vez más el seguro agrario va a aumentando su penetración, además de que cada vez son más los productos adaptados a los distintos cultivos y las necesidades de los asegurados.