Las paredes naturales que rodean Alcalá del Júcar dieron el tercer sobresalto a los vecinos en poco más de un año. Esta vez el derrumbe se produjo de madrugada sobre un camino a la espalda del castillo, donde algunos vecinos tienen huertas, y no produjo daños personales ni materiales de importancia. El personal municipal tiene ya prácticamente finalizadas las tareas de retirada de las piedras.