Un día para comerse la 'mona'

V.M.
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Miles de estos típicos bollos dulces se venderán a lo largo de la jornada en panaderías y pastelerías para una merienda al aire libre • La celebración también se conmemora en otras comarcas con los populares 'hornazos'

La actividad en los obradores se intensificaba ayer en vísperas de Jueves Lardero. - Foto: R. Serrallé

La celebración de Jueves Lardero va ligada en nuestra provincia a la típica mona, el popular bollo dulce con un huevo en el centro, que, como otras muchas tradiciones gastronómicas, ha experimentado un proceso de renovación con el paso de los años.

La mayor parte de los niños y jóvenes que acudirán hoy a la Fiesta del Árbol, a la Pulgosa o a otros parques y jardines de la capital para disfrutar de una tarde de ocio lo harán provistos de sus respectivas monas y algunos de ellos posiblemente todavía rompan el huevo en la cabeza  de algún confiado amigo, como manda la tradición. La costumbre de comer la mona o el hornazo, una variante salada del producto que incluye sardinas, chorizo o pimientos según las comarcas, va asociada al preludio del Carnaval y presagia la intensidad de unas fechas donde la diversión y las ganas de evadirse de la rutina diaria marcan la tónica.

La etimología de la propia palabra Lardero va asociada a la gastronomía, proviene del latín lardu y se refiere a productos de grasa animal derivados principalmente del cerdo,  no en vano en otros puntos de nuestro país se meriendan productos de la matanza (como en el Bajo Aragón).

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