La fractura en el bando independentista es cada vez más evidente, tal y como demuestran con la intención de sus palabras y sus acciones. En este escenario, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, reclamó ayer unidad para afrontar el próximo juicio por el referéndum independentista del 1-O: «Nos tendremos que enfrentar a estas sentencias y lo tenemos que hacer juntos», clamó. Una posición que los cuperos parecen no estar dispuestos a tomar, pues ellos optan por la radicalización extrema. 

Torra se pronunciaba así en respuesta a las preguntas del diputado de la CUP Carles Riera durante la sesión de control en el pleno del Paralment, y sostuvo que la mejor manera para responder a este juicio es siguiendo el ejemplo el 1-O y agregó que la sociedad catalana será capaz «de vivir este momento y enfrentarse» a las sentencias. 

Riera le exigió que desobedezca, impulse la vía unilateral hacia la independencia, convoque una huelga general y la movilización permanente, ya que cree que es la «única vía posible» para defender el derecho a la autodeterminación y la ruptura con el Estado. 

Además, recriminó al presidente del Govern que no ha visto una «respuesta política» a los escritos de acusación de los encausados por el proceso independentista, más allá de anunciar que no aprobarán los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Por eso, preguntó si el Govern responderá «a la altura» de la situación y si renunciará al derecho a la autodeterminación para pactar con el Gobierno.