Los vecinos de Los Prados no se resignan. Siguen en la lucha por conseguir que el proceso de urbanización que soportan desde hace años termine de una manera muy distinta a lo que evidencia un paseo por calles y parcelas, un recorrido donde pueden advertirse muchas de las deficiencias que, pese a años y años de quejas y denuncias, siguen visibles en la calzada. Esa colección de deficiencias es amplia, pero los vecinos son capaces de enumerarlas de memoria: supuestas zonas verdes convertidas en una colección de matojos, zonas deportivas abandonadas, aceras sin asfaltar, torretas de luz que aparecen en esquinas peligrosas, una red de saneamiento insuficiente o cunetas de más de un metro de altura que elevan el riesgo de accidente de tráfico. «Ya ha habido accidentes, hasta un coche de la Guardia Civil se salió en la curva, y al fin en ese tramo han puesto un quitamiedos, porque lo pedimos los vecinos», explica Ángel González, presidente de la entidad colaboradora de conservación de Los Prados, quien recorre la zona y apunta los desperfectos que consideran que deben corregirse: «Nos dicen que no queremos recepcionar la obra, y es justo al contrario, lo que queremos es que nos la entreguen en condiciones, desde luego esto no son condiciones». Con él otros vecinos insisten en sus protestas por la situación y el coste que el proceso de urbanización ha supuesto ya.

La historia de la polémica urbanización empezó hace una década. Los portavoces de los vecinos ven la responsabilidad de todo lo ocurrido en Urvial, más que en el Ayuntamiento, donde las diferentes corporaciones han lidiado con el problema. Desde el principio, los vecinos consideran que sufrieron «una chapuza», explica el presidente de la entidad de conservación: «En la urbanización teníamos 315.000 metros, y se nos informó de que saldrían a 15 euros el metro cuadrado; teníamos que comprar 31.000 metros para donar al Ayuntamiento el 10% de superficie, para zona verde y dotacional, pero entonces el Ayuntamiento en vez de optar por una Agrupación de Interés Urbanístico, donde nos podíamos haber puesto todos de acuerdo, optó por dárselo a un agente urbanizador; ese agente compró 156.000 metros, toda la parte nueva. En todos estos metros, han sacado 69 parcelas a coste cero, y a nosotros de esos 15 euros por metro que teníamos que pagar se nos sube a 45 euros el metro». Los vecinos explican que desde el principio estuvieron atentos a las obras en la urbanización, y esa vigilancia les ha valido para tomar nota de las deficiencias. «Hay gente aquí que sabe de proyectos, mucha gente que ha trabajado en Iberdrola, en Telefónica... Empezamos a ver lo que se hacía y fuimos captando imágenes; seguimos haciéndolo y el concejal, Juan Francisco Jerez, nos da la razón, pero el problema es con Urvial, que firmó una revisión diciendo que todo esto estaba bien hecho», se lamentan. Más información en edición impresa