Hallan en Socovos un fósil marino de más de 65 millones de años

E.F.
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Se trata de uno de los tres ejemplares existentes en Europa de un molusco ya extinguido que vivía en mares de tipo tropical

Hace algo más de 65 millones de años, lo que hoy es Socovos, en plena Sierra del Segura, formaba parte de un mar tropical prehistórico. En aquel entorno, muy distinto al actual, vivía un pequeño molusco bivalvo, un antecesor de nuestras ostras, mejillones, chirlas y navajas.

Uno de esos bivalvos heterodontos ya extinguidos, de la familia hippurites, también conocido como rudista, fue encontrado recientemente por José Antonio Martínez Serrano, un aficionado a la paleontología que reside en la Sierra del Segura y que lleva ya cerca de tres décadas intentando que se conozca y se valore la gran riqueza en fósiles que atesora esta parte de la provincia de Albacete.

«De esta especie, en concreto, sólo se han conservado dos fósiles en toda Europa -señala- pues uno apareció en Nápoles, en 1855; otro más en Valencia, en 1919 y ahora este, el de Socovos».

Según explica Martínez, fue Jaume Gallemi, conservador del Museo de Geología y Paleontología de Barcelona quien, durante una visita a Socovos, reconoció el fósil y le explicó que tenía un ejemplar casi único en su colección.

En cuanto al animal en sí, tenía dos conchas asimétricas, una mayor que la otra, y medía entre 25 y 50 centímetros; habitaban en mares poco profundos, y formaban enormes colonias. Cuando morían, sus conchas quedaban adheridas al fondo, así que, poco a poco, formaban arrecifes de gran tamaño, como los que hoy se hallan en el Caribe o el Pacífico.

Cuando desaparecieron, dieron paso a los corales, que viven en hábitats similares a los suyos y tienden, como ellos, a formar grandes arrecifes. Hoy en día, la presencia de fósiles como éste no solo tiene interés científico, sino también económico, ya que las conchas fosilizadas de este animal presentan un elevado nivel de porosidad, esto es, son una estructura idónea para la acumulación de hidrocarburos, esto es, de gas natural o petróleo.

la falla socoveña. La riqueza paleontológica de Socovos tiene mucho que ver con una falla que lleva el nombre del pueblo, y que va desde Cieza, en la vecina Región de Murcia, hasta Riópar. Esta falla, hoy sin actividad, pasa por el centro de la localidad socoveña, y deja a la vista interesantes formaciones geológicas que revelan cómo, hace nueve millones de años, aquí hubo una considerable  actividad sísmica y volcánica.

No muy lejos del casco urbano de Socovos hay un paraje, conocido como Los Molinos, y en dicho pareja se encuentra la  Peña Bermeja o ‘Peñasco Colorao’, un estrato que presenta con un interesante registro fósil de vegetación paleotropical.

Este patrimonio geológico y paleontológico es la gran pasión de José Antonio quien, desde hace 30 años, intenta que en la zona haya una ruta y cuya mayor ilusión sería que, en su provincia, hubiese algún día un pequeño museo de historia natural.

«En Murcia, Socovos es bien conocido, no solo en el terreno científico, sino también en el educativo -explica- pues, con cierta frecuencia, aquí vienen excursiones escolares, para que niños y jóvenes aprendan ciencia sobre el terreno pero, por razones que sigo sin comprender, en Albacete esta idea sigue sin despegar».

De hecho, ya hay varios investigadores que conocen de primera mano la zona, como Mario Sánchez Gómez, catedrático de la Universidad de Jaén y natural de Socovos, Luis Alfonso Pérez, de la Universidad de Murcia, o el catedrático de Botánica de esta misma universidad, Pedro Sánchez, también socoveño. También ha habido varias publicaciones científicas, con repercusión en Europa y América y en las que se menciona a Socovos.

Mientras tanto, en la casa de José Antonio Martínez ya hay cerca de 10.000 fósiles de todos los tipos concebibles, «y a mí me gustaría que todo esto se conociese en mi propia provincia; al menos, poder hacer una exposición».