La Fiscalía afirma que el acusado de matar a la joyera de Albatana, Francisca Jiménez Hernández, que  fue encontrada muerta en Ontur en julio de 2015 la abandonó herida de muerte, después de haberla golpeado en la cabeza con una piedra, que le provocó una fisura en el cráneo.

Así tratará de demostrarlo la fiscal en el juicio que comenzará el próximo martes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, con la elección del jurado y en el que el Ministerio Público solicita una pena de 32 años y medio de cárcel y la acusación particular pide la prisión permanente revisable.

En el escrito de acusación, la fiscal afirma que en el año 2015, Francisca Jiménez Hernández, que en aquel momento tenía 65 años de edad y residía en Albatana, se dedicaba a la venta de joyas y bisutería entre los habitantes de la zona, visitando el domicilio de sus clientes, tanto para la venta, como para el cobro de lo vendido.

el acusado. Así, el 30 de junio de 2015, Francisca Jiménez quedó con uno de sus clientes, el acusado V.G.R., en que ella acudiría al día siguiente a su domicilio de la localidad de Tobarra, a cobrar alguna cantidad. Tal y como habían acordado, sobre las seis de la tarde del 1 de julio, Francisca Jiménez llegó al domicilio, pero en lugar de mantener una reunión normal entre ellos, por circunstancias desconocidas, el procesado le ató las muñecas y tobillos y le puso una tela en la boca, para seguidamente, introducirla en el maletero del coche con el que Francisca Jiménez había llegado.

Sobre las 18,30 horas de ese día, el acusado se puso a los mandos del vehículo y condujo en dirección a Jumilla. En las proximidades de esta localidad cambió de sentido y regresó dirección a Ontur. Condujo durante varias horas por la zona, estando en todo momento Francisca Jiménez en el interior del maletero, atada de pies y manos, amordazada y sin poder salir, hasta que decidió terminar con su vida.

Con dicha finalidad, siempre según la versión de la fiscal, aproximadamente a la altura del kilómetro 21 de la carretera CM-3215, se salió hacia un camino de tierra, parando el coche en una zona rural, abrió el maletero donde Francisca Jiménez continuaba maniatada y por tanto imposibilitada de defenderse de manera alguna, agarró una piedra y le golpeó fuertemente la cabeza, abriéndole una herida que sangraba abundantemente y le provocó una fisura en la base del cráneo, pero que no le hizo fallecer en ese momento, y siendo consciente de ello el encausado, volvió a introducirla en el maletero y se dirigió a Ontur, conduciendo durante varias horas, permaneciendo viva Francisca Jiménez dentro del maletero, hasta que cerca de las 12 de la noche el acusado la abandonó en una tierra de labor de las inmediaciones del pueblo, siendo consciente que aún estaba viva e iba a morir como consecuencia de la herida causada en la cabeza.